Arquitectura

La restauración de la basílica del Pino recibe el IV Premio de Arquitectura Miguel Martín-Fernández de la Torre

Los arquitectos José Miguel Rodríguez y Francisco José Herrera han recibido el galardón en la categoría de ‘Rehabilitación y Restauración’.

María Josefa Monzón Viernes, 20 de Junio de 2025 Tiempo de lectura:
Basílica del PinoBasílica del Pino

La obra de restauración de la Basílica del Pino ha sido premiada en la IV Edición del Premio de Arquitectura Miguel Martín-Fernández de la Torre, convocado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Gran Canaria (COAGC) y entregados el pasado 11 de junio en la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino. El  arquitecto terorense José Miguel Rodríguez  y Francisco José Herrera han recibido este galardón en la categoría de ‘Rehabilitación y Restauración’.

 

Los Premios de Arquitectura Miguel Martín-Fernández de La Torre tienen por objeto reconocer la calidad de las obras y los trabajos arquitectónicos realizados en Gran Canaria en cualquiera de las modalidades de ‘Obra nueva residencial’, ‘Obra nueva otros usos’, ‘Rehabilitación y restauración’, ‘Diseño interior y diseño urbano y paisajismo’. En esta cuarta edición se premiarán los trabajos arquitectónicos finalizados entre los años 2022, 2023 y 2024.

 

Los premios llevan el nombre del ilustre arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1894-1980), figura fundamental en la historia de la arquitectura española en el periodo racionalista y principal representante de este movimiento arquitectónico en Canarias.

Las obras de restauración y rehabilitación de la Basílica de Nuestra Señora del Pino se dieron por concluidas el 26 de mayo de 2022, según el Certificado Final de la Dirección de Obra. El proyecto fue encargado por la Diócesis de Canarias y redactado por el Estudio de Arquitectura José Miguel Rodríguez Guerra SLP, con la dirección técnica de Francisco José Herrera Pérez, Arquitecto, y Juan Miguel Alonso Correa, Arquitecto Técnico, con la empresa PRECONTE S.L. encargada de la ejecución de las mismas.

 

La intervención abordó los problemas de deterioro que afectaban a la estructura, las cubiertas, las fachadas y los interiores del templo, con un enfoque en la conservación del patrimonio y la mejora en su dimensión religiosa.

 

CONOCIMIENTO HISTÓRICO PROFUNDO DEL EDIFICIO

 

El proyecto de restauración y reparación se basó en una investigación previa de varios años, incluyendo una tesis doctoral del autor del proyecto, lo que proporcionó un conocimiento histórico profundo del edificio. Se tuvo en cuenta la importante restauración realizada entre 1968 y 1970 por la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de la Vivienda, que estableció nuevas pautas de comportamiento estructural para el templo. Sin embargo, desde entonces, el edificio no había sido objeto de labores de mantenimiento y reparación integrales, sino solo intervenciones localizadas en respuesta a daños específicos.

 

Esta labor investigadora, permitió estudiar en profundidad los materiales y su relación con la historia de las sucesivas construcciones religiosas, al tiempo que se pudo dimensionar el valor patrimonial del templo y su verdadera dimensión espiritual.

 

Si bien, la falta de catas previas para evaluar con precisión el estado de los daños implicaba el riesgo de descubrir un deterioro mayor de lo previsto inicialmente, como efectivamente ocurrió en algunos casos. Tras un largo proceso administrativo, que incluyó la aprobación de la Comisión Patrimonial de la Diócesis y el visto bueno de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria en julio de 2019, la firma del Acta de Inicio de las Obras se retrasó hasta septiembre de 2020 debido a la tramitación de la Licencia Municipal, el periodo de licitación y la pandemia. Esto provocó que las obras de reparación de las cubiertas comenzaran en un periodo potencialmente lluvioso, lo que obligó a modificar el plan de obras original.

 

INTERVENCIONES REALIZADAS

 

La memoria de proyecto de rehabilitación detalla las intervenciones realizadas en las diferentes partes del edificio:

 

Cubierta de Tejas: El estado de deterioro de la cubierta era previsible, con problemas derivados de la falta de mantenimiento y la presencia de palomas. Sin embargo, la gran cantidad de material de relleno (mortero de tierra y cemento) resultó ser una sorpresa y una sobrecarga para la estructura.

 

Fue necesario retirar este material, rectificar las pendientes con hormigón aligerado para garantizar un acabado adecuado para la impermeabilización y la colocación de la teja cerámica. Se realizó el acopio y limpieza manual de las tejas originales para su reutilización, lo que aumentó los tiempos y costes previstos. Se buscó y encontró un modelo de teja curva árabe de fabricación manual similar al existente para completar el material necesario.

 

Cúpula Exterior: Dada su importancia estructural y ornamental, la cúpula se trató en dos capítulos diferenciados: exterior e interior. En el exterior, la intervención se centró en la impermeabilización y la reparación de los zunchos metálicos colocados en 1968 para asegurar su capacidad tensional. Se limpiaron y protegieron estos zunchos para prevenir la oxidación. También se trabajó en la impermeabilización de las zonas de encuentro de la cúpula con las cubiertas del crucero.

 

Fachadas: Se distinguen la fachada principal y las fachadas laterales y posterior. En las fachadas laterales, las obras más complejas fueron las relacionadas con la cantería amarilla: sustitución de sillares, retacado y labrado de elementos decorativos. Ante la imposibilidad de obtener cantería de la cantera prevista, se recurrió a la donación de cantería por parte de los habitantes de Teror.

 

Se realizaron labores de limpieza, eliminación de parásitos y hongos, sellado de grietas, instalación de nuevos canalones, impermeabilización y recuperación de enfoscados. Se sustituyeron algunas ventanas de cubierta y se trató el resto de la carpintería.

 

Capítulo aparte se merecen las vidrieras de todo el conjunto, ya que, por su específica actuación en la recuperación de las mismas, se ha podido disponer de los fondos necesarios, contando con dos representantes de la Asociación Nacional de Restauradores-Conservadores de Vidrieras (ARCOVE) los cuales han realizado los trabajos de restauración y recuperación con la mayor garantía de calidad, al ser estos elementos, uno de los valores patrimoniales con el que cuenta el templo.

 

La fachada principal, presentaba deformaciones, grietas y un importante deterioro de la cantería debido a la acumulación de sales y restos orgánicos. Se realizó una limpieza profunda, eliminación de depósitos orgánicos, aplicación de productos de limpieza y eliminación de parásitos y hongos.

 

La Torre: Inspirada en las torres de la antigua Catedral de Las Palmas, la Torre Amarilla, construida en toba pétrea, presentaba un deterioro significativo en la cubierta piramidal. Se recuperó la estanqueidad, estabilidad e impermeabilización de la cubierta, se restituyó el artesonado interior y se repararon o sustituyeron las piezas de cantería dañadas. Se realizaron labores de limpieza, rejuntado, sellado y tratamiento superficial de protección en el resto de la torre.

 

Interior de la Cúpula: Tras la impermeabilización de las cubiertas, se reparó el interior de la cúpula. Se realizó un diagnóstico detallado que reveló fisuras y grietas, especialmente en las pechinas y los nervios. Se inyectó resina epoxi y se sellaron las molduras de hormigón. Se anclaron y repararon los elementos ornamentales, se limpiaron las insignias basilicales y se pintó el conjunto ornamental en los colores originales.

 

Reparaciones Interiores: Se repararon los cerramientos de las naves laterales, incluyendo la eliminación de acabados deteriorados, la limpieza y preparación del soporte, la eliminación de manchas en la cantería, la restitución de acabados, la protección de la piedra, el sellado de juntas y el pintado.

 

Se repararon o sustituyeron áreas del pavimento de mármol rojo alicante y se consolidó el relleno bajo el pavimento una vez que se testó que la losa de cimentación del año 1968, a priori no presentaba defectos. Se limpiaron, prepararon, trataron y barnizaron las carpinterías interiores.

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