Obituario

Fallece Dolores Rivero Jiménez, Pintadera de Oro de la Ciudad

El funeral tendrá lugar este miércoles a las 13.30 horas en la Iglesia de San Isidro y a continuación tendrá lugar el sepelio

Redacción Miércoles, 18 de Junio de 2025 Tiempo de lectura:
Dolores Rivero Jiménez recibe la Pintadera de Oro de Gáldar de manos de Teodoro SosaDolores Rivero Jiménez recibe la Pintadera de Oro de Gáldar de manos de Teodoro Sosa

Dolores Rivero Jiménez, Pintadera de Oro de Gáldar, ha fallecido este martes a los 95 años de edad. La capilla ardiente se encuentra en el tanatorio municipal de San Isidro. El funeral tendrá lugar este miércoles a las 13.30 horas en la Iglesia de San Isidro y a continuación tendrá lugar el sepelio.

 

Teodoro Sosa, alcalde de Gáldar, dio el pésame a su familia y amistades y lamentó el fallecimiento de una mujer “muy querida en San Isidro, ejemplo de esfuerzo, entrega y superación, que con su tienda, su costura y su cariño dejó una huella imborrable en su barrio”. Añadió que “siempre será recordada con admiración y respeto”.

 

Dolores Rivero Jiménez nació en San Isidro el 27 de marzo de 1930. Viuda de Bartolomé Guerra Mendoza, tuvieron una hija y dos nietos. Se casaron en el año 1955 y se fueron a vivir a Las Palmas de Gran Canaria. Con el tiempo vendieron su casa de la capital y compraron una parte de la casa de su abuelo, donde ha seguido viviendo. 

 

Cuando Bartolo falleció, 'Lolita', como se le conocía, quedó viuda con una hija de nueve meses, por lo que decidió poner una tienda de ropa en casa y la abrió al público en 1959. Su tienda fue una de las primeras en abrirse en San Isidro y, como las demás de esa época, vendía al plazo. Siempre tuvo pasión por la costura y hacía vestidos y enseñaba a coser, a bordar y a calar. 

 

De hecho, puso una costura y cobraba las clases con dinero o con lo que pudieran pagarle: huevos, papas, cebollas, etc. Alternó con la tienda, la costura, el cuidado del abuelo Manuel y de su hija, hasta que en 1977, notando la bajada de la clientela debido a los grandes almacenes, se le ocurrió añadir a la venta de ropa la de revistas y golosinas. Se jubiló en 1984, y dedicó a disfrutar de la familia, a viajar con el IMSERSO junto a su hermana, y siguió cosiendo hasta que pudo.

 

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