La sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones, invita al optimismo

Juan Reyes González

[Img #5587]Ni que decir tiene, que la solidez financiera de nuestro sistema de pensiones, que dicho sea de paso, se ha cuestionado y se sigue cuestionando un día sí y otro también, por algunos/as de los catalogados/as como expertos/as y por otros/as que no lo son tanto, depende de una balanza entre ingresos y gastos que el gobierno ha estado tratando de equilibrar en los últimos años, aumentando la financiación estatal, a costa de las cotizaciones y buscando además, que aquellos en edad de trabajar decidan retrasar su retiro y, con ello, que permanezcan más tiempo contribuyendo. Sobre esto último, hemos de decir, que, según fuentes dignas de todo crédito, la decisión de alargar la etapa laboral más allá de la edad legal de jubilación (en la actualidad de 65 años para los que hayan cotizado, 38 años y 3 meses, o más, y de 66 y 8 meses, para los que no cumplan con los requisitos de la edad y la cotización), se está extendiendo, hasta el punto de que una de cada diez personas que se jubila hoy lo hace más tarde de la edad a la que podría hacerlo.
 
Esto último, por la trascendencia que tiene, ha hecho que el organismo competente, exprese su reconocimiento, por medio de la alegría y la  satisfacción que le ha producido y le produce este acontecimiento, alabando y reivindicando a estos trabajadores de más edad, por su aptitud; ya que la misma, supone una oportunidad económica que no se puede subestimar.
 
A muchos de nosotros, no se nos esconde, que el aumento de las jubilaciones demoradas voluntarias, vienen reproduciéndose últimamente, tal y como evidencian fuentes fidedignas, que ha venido facilitando el organismo competente, y como, se demuestra con la nómina del pasado abril, en la que se señala, que en los dos primeros meses del año se registraron 65.067 nuevas altas de pensiones de jubilación, de las que algo más de 7.150 fueron demoradas. 
 
Y no nos cabe la menor duda, de que este retraso que se está estableciendo entre una parte de los trabajadores en edad de jubilarse, es fundamental para capear el retiro de la generación de la que tanto hablan los expertos, y que comprende a los nacidos entre 1958 y 1975; se estima que serán aproximadamente cuatro millones de personas, las que irán abandonando su etapa laboral en los próximos diez años, y que, por haber acumulado más tiempo de servicio, recibirán pensiones más elevadas que las actuales.
 
Si bien, también es fundamental, que la última reforma de pensiones para hacer frente a este reto, se hiciera pensando, en que esta situación no comprometiera el futuro de los pensionistas, dado que, se hizo con  miras a 2050. 
 
Pero de lo que no tenemos la menor duda, es de que en los próximos años va a ser exigente ese compromiso con el gasto. Ni tampoco tenemos duda, de que se hará frente a esa exigencia que viene con la jubilación de la generación antedicha, pero eso sí; como dije antes, con la mirada puesta, en el largo plazo.
 
Y si fundamentales son las medidas anteriores, no lo es menos, la aportación de los flujos migratorios, al sistema de pensiones, porque  permite seguir fortaleciendo el mercado laboral;  y ni que decir tiene, que no hay certeza alguna, en  la idea que pregonan algunos/as, un día sí y otro también, de que el sistema se esté endeudando en unos límites imposibles de revertir; nada más lejos de la realidad, porque el adeudo a finales del 2024, ascendió a 126.173 millones de euros; para que se hagan una idea, poco más o menos, que el doble de lo que había en la hucha de las pensiones al comienzo de la décima legislatura gobernada por los populares. Pero es que llevamos muchísimos años escuchando, eso de que el sistema se va a romper, no nos va a llegar; y estamos viendo, que día a día, con veracidad, con esfuerzo colectivo, de país, se está, o mejor dicho, estamos construyendo un sistema de pensiones sostenible.
 
Miren por donde, si se tiene o no, confianza en la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones, que incluso se está trabajando en la forma de dar respuesta a distintos colectivos de trabajadores (construcción, transportistas, kellys, etc.) que reclaman el establecimiento de coeficientes reductores de la jubilación que les permita retirarse antes, sin que su pensión final se vea afectada; lo que se añadiría a los que ya se contempla para los trabajadores del mar, de la minería, ferroviarios, bomberos, policías locales, debido a la penosidad, peligrosidad o insalubridad de sus trabajos. 
 
Para acabar, vamos a adentramos un poco en Europa para ver como está el panorama en algunos países; y advertimos que la situación no es igual, en todos ellos, en tanto que, estos tienen establecidos sus propios límites. Uno de los que llaman más la atención, es Dinamarca, que acaba de incrementarla, convirtiéndose en el país europeo con la subida de la edad de jubilación más alta, concretamente hasta los 70 años. No obstante, la medida, no entrará en vigor de forma inmediata, sino que habrá que esperar hasta el año 2040.  En la actualidad, la edad de jubilación está en los 67 años.                                                       
 
En España, recordemos que para 2027, esta edad se retrasará hasta los 67 años, en unas cifras similares a las de países como Alemania, Italia o Países Bajos. En el lado opuesto de estos países se encuentran otros como Rumanía, Francia o Eslovaquia, que cifran la edad de jubilación entre los 62 y los 63 años.
 
Juan Reyes González
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