PHOTOTEX: "La curiosidad contagiosa" (VIII)

Cuando pasaba caminando por la calle del Terrero aruquense a las tres de la tarde, me dirigía al turno de tarde del Colegio de la Salle, donde el Hermano Morán, tan temido como querido, nos esperaba a las tres y media en punto los cinco días a la semana para impartir la complicada y difícil Matemáticas. Al pasar tan cerca de las casas, se oía por sus correspondientes ventanas la radionovela “Simplemente, María”, tan de moda en aquella España de charanga y pandereta.

Ahora, con un tiempo distinto y silencioso, comprendemos mejor la necesidad de escuchar y sentir otros personajes. Es verdad que antes se leía poco, (el analfabetismo lo vino a atajar Radio ECCA, con su novedoso método de enseñanza), pero no es menos cierto que las distintas emisoras, con sus eternas voces de actores únicos y valiosos, daban y regalaban vida como si fuera un libro abierto. Amén de ideologías impuestas y sobrevenidas. Siempre, queremos decir, hemos necesitado de las vidas de los otros.

Más que nada para poder sobrellevar la nuestra.

Juan FERRERA GIL