
La ciudad en la que vivo tiene el aroma del norte de la isla, inundada de gris bardino y de fachadas blancas, y late a cada instante de forma pausada y lenta. Arucas se llama.
![[Img #28821]](https://infonortedigital.com/upload/images/05_2025/2732_arucas2.jpg)
Es una ciudad típica y tópica del interior isleño, tan cercana a la capital que ya no se aprecia campo entre una y otra: las casas se suceden, más o menos armoniosamente, y parecen no tener fin, como si la isla entera se estuviera convirtiendo en una gran y enorme ciudad. Arucas vive una transformación paulatina que al socaire de carreteras y avenidas bien pudiera quedarse fuera. Y estar fuera es poco menos que convertirse en una ciudad dormitorio, si es que ya no lo es, de trabajadores que pasan la mayor parte del tiempo en otros lugares laborales.
![[Img #28820]](https://infonortedigital.com/upload/images/05_2025/1205_arucas3.jpg)
Últimamente la presencia turística ha aumentado sensiblemente en las calles principales; me imagino que recorrerán espacios como la iglesia, museos, edificios, parques y variadas exposiciones. Si así no fuera, debe ser que nos vendemos mal. Como la visita es rápida, aquí no se eternizan y ni siquiera almuerzan los turistas que llevan en sus cámaras o móviles las imágenes del momento. Es verdad que en ocasiones impiden el paso de los transeúntes, quizás sea ese el precio a pagar del turismo en el que ahora nos encontramos inmersos. Sin embargo, habría que decirles que nuestra Historia tenemos; que el Parque de San Juan, por ejemplo, siempre fue el punto neurálgico de las Fiestas Patronales, a pesar de las visiones peculiares que lo han marcado en distintas épocas. Luego, con la Transición y el inicio de la Democracia, el lugar ha señalado importantes momentos y acontecimientos distintos, como aquellos “Festivales por la Paz” que organizara tiempo ha el Instituto de Bachillerato “Domingo Rivero”. Y también ha padecido, no se crean, el oficial olvido en otras etapas de su crucial vida.
![[Img #28822]](https://infonortedigital.com/upload/images/05_2025/2159_arucas4.jpg)
Por otro lado, nos da por pensar que la mayoría de los aruquenses no desea convertirse en una especie de parque temático: solo con la buena disposición del turismo, si la hubiere, sería más que suficiente para que las aguas volvieran a su cauce y así no moriríamos de visitas desmedidas y éxitos pasajeros donde la rapidez y la inmediatez se han convertido en norma. Y donde la fotografía se desmadra. Además, la extraordinaria y otrora tierra de cultivo denominada por los lugareños como Vega de Arucas irá desapareciendo, indefectiblemente, en los próximos años: una triste realidad a la que nadie pondrá remedio: deben ser tantos los intereses, imaginamos económicos, que la rodean, que no solo asfixiarán a la ciudad entera, sino que, en su constante afán por el negocio inmediato quedará convertida en simple recuerdo de lo que fue en fotos viejas y antiguas, cuando todo era más grande y costaba llegar a los sitios. Por ejemplo, aquel que quisiera ir para el norte de la isla, Arucas era paso obligado: todo transcurría por las viejas carreteras que ya nadie usa, solo sirven para competiciones deportivas automovilísticas, donde cualquier avería eléctrica, antes la luz se iba mucho, debía esperar la llegada del coche de hora y en el siguiente pueblo el cobrador avisaría debidamente por teléfono fijo a la vieja oficina de UNELCO, en la que un modélico empleado recogería el recado y lo enviaría al siguiente despacho, que sabría administrar y tomaría, a su vez, las medidas pertinentes. Ya nada suena igual que antes: ni la vida, ni los hechos que la conforman y, menos aún, la proyección que ha de tener la ciudad.
![[Img #28823]](https://infonortedigital.com/upload/images/05_2025/7831_arucas5.jpg)
Y, así, entre pequeñas y grandes cosas, mi ciudad ahonda en su imperfección. Que, por otro lado, es como a mí me gusta: no quiero una ciudad perfecta, regularizada, normalizada y anodina: apostaremos porque siempre haya algo que hacer. Que es una manera de mirar, ser y estar. No sé si llegamos a explicarnos.
Juan FERRERA GIL
































Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.3