El cruce. Juan FERRERA GILEse cruce que muestra la imagen habla de cuatro territorios que siempre evocan viejas aventuras en los lejanos mares del Sur: la Montaña de Arucas, el Terrero, la Hoya de San Juan y la calle de Los López.
En esa encrucijada transcurrió la infancia, o parte de ella, cuando la vida se contaba de otra manera y los días resultaban eternos y largos: las costumbres pertenecían a su época y los intereses personales también se ubicaban de manera diferente: parecía que todo iba a durar para siempre. Decir que el paso del tiempo ha transcurrido es una obviedad que si no fuera porque es real diríamos que el cruce es el mismo, sin el paisanaje de entonces, por supuesto, tan variado y exclusivo y donde la esquina daba cuenta y señal del acontecer diario.
Antes la ciudad caminaba de otra manera. Ahora todo es distinto y hasta los cruces resultan problemáticos, estrechos y, hasta cierto punto, vertiginosos.
Juan FERRERA GIL
































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