La Heredad. Juan FERRERA GILEste detalle de la calle La Heredad encierra, acaso, una filosofía de la vida que tiene que ver con las plantas que adornan la pequeña y coqueta plaza de la esquina.
Como el entorno aparece difuminado y borroso, son las plantas y sus románticas flores el verdadero motivo de una realidad que da vida al lugar. A pesar de que ahora las viviendas aparezcan cerradas y en silencio, la vieja calle tuvo su meneo casi exclusivo y la vida transcurrió de manera mayormente comercial. Negocios variados y antiguos almacenes fueron una buena muestra de que una vez hubo un tiempo distinto al silencioso y peatonal de la actualidad.
Ahora hasta allí han llegado las luces navideñas, quizás con el deseo de prolongar el paseo e integrar la calle en la ciudad y acercarla al Parque Municipal, que sigue gozando de buena salud.
Juan FERRERA GIL






























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