La Montaña de Arucas. Juan FERRERA GILLa Montaña de Arucas es tan particular como el patio de mi casa que, cuando llueve, se moja como los demás.
Tengo para mí que es nuestro MAR más cercano e inmediato: se divisa desde cualquier punto de la ciudad y contamos con su exclusividad permanente. Quiero decir que necesitamos su presencia, aunque no la miremos, pero nos gusta imaginar y creer que siempre está en su sitio. Desde allí arriba otea a todos sus habitantes y es fiel testigo de la imperfección de la ciudad: como debe ser y siempre ha sido.
Es la Montaña la fe norteña de una manera de sentir. Y vivir.
Juan FERRERA GIL































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