Esquina acristalada. Juan FERRERA GIL“Hoy he vuelto a ver, desde la calle, la casa en la que viví mi infancia y primerísima juventud.
Aún hoy, con el paso del tiempo, la recuerdo perfectamente. En ella viví con mis padres, abuelos y hermanos. Sí, en aquel tiempo ser familia numerosa era lo normal. Sin embargo, cuando murió de repente mi padre todo cambió y todo se trastocó. Tuvimos que dejar la casa más solariega y luminosa de Salamanca y atrás dejamos, también, los juegos y los primeros noviazgos, o eso creía entonces, de una época donde la moral cristiana constituía una seña de identidad tan delicada y sutil como los cristales de aquella parte del balcón. Al trasladarnos a una orilla de la ciudad, en aquel tiempo parecía que vivíamos en el campo. A pesar de todo, la ciudad creció y dejamos de vivir orillados.
Pero la esquina acristalada de aquella señorial vivienda nunca la llegué a olvidar. Nunca.”
Juan FERRERA GIL
































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