La gran tejedora

Quico Espino

Foto: Ignacio A. Roque LugoFoto: Ignacio A. Roque Lugo

Trabajadora incansable,
teje que teje la araña,
sin reposar un instante,
con tesón y mucha maña.
 
Está al pesque, siempre atenta,
enredada en su maraña,
para atrapar a una víctima,
con todo lo que eso entraña.
 
No le apetece matar, 
pues una impresión extraña
la sobrecoge en el acto.
Se ve como una alimaña
 
que se esconde,
 
[Img #25620]
 
… que se aleja para no ser vista, para que caigan en la red sus presas, que son su alimento. No disfruta la araña de su  pitanza como lo hace la musaraña,
 
[Img #25619]
 

… que está fijo comiendo con deleite, y a la cual, cuando es pequeñita, que mide dos o tres centímetros, le gustaría ver embrollada en su telaraña. Tendría entonces comida para rato.

 

Son nerviosas las arañas, pensé, mientras paseaba por el Pico del Rayo, en la Finca de Osorio, al ver al ejemplar que encabeza este artículo hilando enloquecida , y me las imaginé relajándose cuando enhebran su seda sobre la flor del hipérico, o hierba de san Juan,

 

[Img #25622]

 

…o configurando su intrincada trama fibrosa alrededor de las campanillas rojas del bicácaro,

 

[Img #25623]

 

… cuyas propiedades son cicatrizantes y dermatológicas, cuando se lesionan o pierden el brillo de su caparazón. Las vislumbré igualmente contemplando, con sus  ocho ojos, el paisaje espectacular que se ve desde donde se encuentran, con la playa de Las Canteras y La Isleta al fondo, esta vez con el mar en calma y un cielo de color anaranjado con un filamento de nube que lo atraviesa,

 

[Img #25624]

 

… mientras entreteje con constancia su telaraña, concentrada en su labor, que no es lo mismo que traman los Míster Trampa, poderosos seres humanos que sólo se quieren ellos, egocéntricos que se gustan un montón y les importa un bledo no gustar a otros porque consideran que pueden hacer lo que les venga en gana, como es, por ejemplo, querer crear un Centro vacacional, con aeropuerto y todo, en la costa de Gaza, a la que la artillería israelí ha reducido a una ciudad de escombros, después de expulsar  a la población gazatí de su país. Que se vayan para Egipto o para Jordania, por los cojones de Míster Trampa, porque le sale a él de dentro.

 

Espero que no lo consiga, porque, ¡qué descaro!, los Míster Trampa se creen el ombligo del mundo. En especial el cabecilla, ese que gobierna el país más rico del planeta, un hombre tenebroso y repulsivo, además de demente, que trama poner el mundo a su servicio. Nada que ver con la araña, la gran tejedora, que, con la seda que produce, confecciona un entramado para cazar a sus presas, con el único objetivo de sobrevivir.

 

En lo alto vive.
En lo alto mora. 
En lo alto teje
la tejedora.

 

Texto: Quico Espino.

Fotos: Ignacio A. Roque Lugo - Google

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