
“El tiempo amarillo”, quiero recordar, no es solo una obra más del que fuera extraordinario actor y director Fernando Fernán Gómez: es acaso la constatación fiel de una existencia.
Y también es la fachada de mi casa medio atrapada entre construcciones más o menos nuevas y atravesada por un insolente cable de la luz. Sin embargo, en su interior la vida sigue su curso como si lo de afuera siempre ahondara en lo llano y equilibrado. Aquí he llevado una vida tranquila y atento a los continuos cambios, que han sido muchos a pesar de que para algunos de ustedes se presenten como nuevos. Sin embargo, ya nada es igual que antes.
Por eso he decidido pintar la fachada con este color que insufla vida, singularidad y permanencia. Y también para intentar llenar lo que me queda de vanidad. No sé si llego a explicarme debidamente.”
Juan FERRERA GIL
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