LA BRISA DE LA BAHÍA (215). El mural de Juan Martín

El extraordinario mural de Juan Martín que presidía su exposición del pasado mes de septiembre-octubre de 2024 no solo representa el inicio de un curso en el que se ha empeñado el reconocido pintor, que ha hecho todos los esfuerzos posibles para dar vida a unos cuadros que van más allá de lo que reflejan, sino que viene a ser algo así como la constancia permanente de una persona que mira de otra manera.

Este mural, que fue borrado nada más acabar la exposición, como la vida tan corta que vivimos, representa su modo y manera de homenajear, eso queremos creer, a la ciudad en la que ha nacido. No solo es lo que pinta y se divisa desde su casa, sino que es la visión total de una realidad, aunque imperfecta, reflejada y reinterpretada. Que todos tenemos una determinada interpretación de la ciudad es algo que sabemos desde hace tiempo. Pero no es menos cierto que al verla plasmada en un mural sirve no solo para detener la mirada, sino para comprobar también que sus detalles son tan distintos a los nuestros que, por eso mismo, su valor crece.

Por eso aquel día del 5 de septiembre de 2024 se rodeó el artista de sus mejores amigos: Loly, Milagrosa, Carlos, Andrés, Manolo y todos los que fuimos invitados a su exquisita y entrañable presentación. Es Juan Martín una persona afable y tranquila. Y su extraordinaria constancia le ha conducido por caminos pictóricos donde la sensación y búsqueda de la belleza a través de los trazos y colores encuentran acomodo perfecto y singular a su voz, a su mirada, a su particular visión de una realidad que por vista y reconocida no es menos sugerente.

La conclusión es clara: no entendemos por qué aquel extraordinario mural tuvo una vida tan corta.

Juan FERRERA GIL