“Aquí estoy asomada en lo que antes fue mi patio particular que, cuando llueve, se moja como los demás. Intento controlar, es un decir, a los clientes del pequeño bar que se ha instalado allí abajo; de ahí el titular. Pero son gente muy tranquila, que sale para desayunar, hablar y, sobre todo, encontrarse. Debe ser que en sus hogares no tienen la oportunidad. ¡Qué cosas!

Nunca pensé que me dedicaría a vigilar: es verdad que solo soy una imagen que viene del pasado, pero es mi pasado, donde todo se concebía más lento y de manera pausada y tranquila. Cada circunstancia llevaba su tiempo y las palabras, las mismas de ahora, se contemplaban desde la lentitud y el buen criterio. Así al menos quiero recordar, pero no me hagan mucho caso porque la memoria es bastante caprichosa: endulza la realidad vivida y oculta la verdadera.”

Juan FERRERA GIL