Carnaval y actos con rock ¿Por qué no?

Fernando Tocino Viedma

[Img #24516]¿Debería estar presente el Rock y más estilos en las Fiestas de Carnavales, municipales, locales, barrios de nuestras islas?

 

A nadie se le esconde que nuestra sociedad avanza en multitud de aspectos importantes en la mayoría de los ámbitos del día a día y en sus hábitos de vida. Nuestra pirámide poblacional es cada vez más estrecha (menos jóvenes) y un engrosamiento bastante importante y relevante en la cúspide de la misma (1 de cada 3 personas tienen +55 años)

 

Existe por tanto en la actualidad un sector de población nacida fundamentalmente de la llamada” Generación Baby Boom (1954-64)” que demandan necesidades básicas y necesarias para poder sentir su presencia activa en la sociedad en todos sus niveles. Hablando claro, un sector de población de esas edades que quieren escuchar y también divertirse con la música que les hizo vibrar, bailar, cantar, etc.…. Sin embargo, no aparece tan sólo en contadas ocasiones.

 

Un ejemplo claro y latente, si bien con algunas lagunas es el Carnaval de día de Sta. Cruz de Tenerife y Las Fiestas de la Virgen en Sta. Cruz de La Palma como ejemplos, entre otros. En el Carnaval de día de Sta. Cruz ponen 3 escenarios, y uno de ellos siempre va dedicado al rock-pop y sus estilos, similar ocurre en las Fiestas citadas de La Palma.

 

Desde hace unos años el modus operandos de las diferentes concejalías de todos los municipios y de todas casi las instituciones han dado sólo un tono monocolor y han evitado la diversificación en cuanto a actos y espectáculos de todos tipos en todos sus procedimientos. Han reducido, no las cantidades presupuestarias sino más bien la manera de cómo se diseñan los diferentes actos de ocio en referente a sus municipios y en general, a todas las islas, adoptando y delegando en mandos intermedios como son los gestores culturales y sus diseños.

 

Las razones son fundamentalmente de interés político y de buscar una fidelización de sectores y potencialmente votantes futuros que aseguren de que todo gusta en general y, por tanto, sus acciones vienen refrendadas con el bien queda y la satisfacción de los actos que demanda la gente, es decir pan y circo. Por ejemplo, el diseño de muchas instituciones públicas son casi copias calcadas y hay una total ausencia de diversificación y variedades alternativas y nuevas que vayan dirigidas a diferentes edades, y sectores de población. Tan sólo buscan la fidelización de los sectores más jóvenes como productos, votantes, consumidores y esos largos etcétera que todxs conocemos.

 

El procedimiento estándar radica, ya no en diseñar los actos culturales de todo tipo desde la propia institución y, por tanto, darle el matiz, la especificidad, lo propio y lo que diferencia fiestas y actos en función del sitio dónde se celebren. Hace muchos años, cada institución de carácter publico diseñaban sus propios equipos de personal y gestores para poder darle ese color y matiz que diferenciaba un pueblo, municipio de otro. Eso proporcionaba la calidez de poder ir y visitar variedades y también enriquecimiento de las diferentes opciones escénicas y culturales del momento.

 

En relación a la pregunta específica y concreta del inicio del texto “¿Debería tener el Rock y más estilos en las Fiestas de Carnavales, municipales, etc.… de todas nuestras islas? Pues está claro que no. Pero, sin embargo, nuestra pirámide de población y demuestra que todos los estilos son posibles y deberían estar presentes. Pero tod@s sabemos, que no es real ni verdadero esta realidad por las razones políticas expuestas y de formación y facilidad de utilizar las típicas subcontratas que liberan a l@s concejales de turno de tener que sentarse a diseñar juntos con sus equipos. Es una total ausencia de formación cultural y política y una dejadez profunda de lo que significa profundizar y sugerir, ofrecer enriquecimiento a una cultura y a un pueblo. Se aprende a leer, leyendo, a escribir, escribiendo. Se aprende a diseñar creyendo en lo específico partiendo de lo concreto y llevándolo a lo general. Es un esqueleto que tiene que estar en consonancia con el futuro de una sociedad que pretende ser más formada en cada uno de sus aspectos y valores.

 

El procedimiento estándar y monocolor desde hace muchos años es sencillo:

 

1.-Usar empresas subcontratadas en el diseño de actos y fiestas de cualquier tipo ofreciendo paquetes integrados que aborden el tiempo, espacios, medios, tipología, etc.…donde las instituciones se dedican a elegir las mejores, a veces no, licitaciones pagando cantidades desmesuradas de dinero público tan sólo por el mero hecho de quitarse un problema de encima. Eso sí. Asegurando que los actos estén llenos y abarrotados para poder tener a la gente comiendo pan y viviendo lo mismo en todos los lugares. Lamentando con mucho respeto que siempre son los mismos grupos. Así lo siento, así lo vivimos.

 

2.- Esto genera un problema de falta de autenticidad, especificidad e idiosincrasia del propio pueblo.

 

3.-Ausencia de la posibilidad de dar a conocer cosas interesantes o no (es cultura ver algo que no gusta también), que se realizan en nuestra tierra debido a que no tienen cabida en los supuestos estándares de prioridades que tienen las empresas subcontratadas.

 

4.- Así funciona el procedimiento desde hace ya mucho tiempo y parece que ya se ha eternizado en exceso y en defecto.

 

5.- Es un problema de a quién dirigimos la cultura y cómo dar lo más enriquecedor posible, en función de su edad vivencial.

 

6.- Hay que ser honestos también y existen algunas instituciones de diferentes islas que apuestan desde hace algún tiempo negando este procedimiento y buscando la esencia de la verdadera palabra de enriquecimiento cultural… Los hay, y espero que cada vez más.

 

Surge, en definitiva, la escena alternativa que no responde a los patrones ni a los estándares que funcionan de esta manera. Promotores privados y colaboradores que apuestan por generar la ausencia de lo que también falta y lo que no, para sectores importantes de población que echan de menos el enriquecimiento y ocio, y en realidad, el conocimiento de nuevas ideas, tendencias, estilos y miles de formas de expresión de la cultura. Una escena dónde ponen en valor sus esfuerzos, sus empresas y sus beneficios, pero mancomunadas por el sector público (Promotor@s privados). Surgen colectivos que se autogestionan sus propios actos por el mero fin de ser diversos y llenar esos vacíos de actos culturales que les proporcionan reflexiones, gustos, emociones, ocio y desarrollo de sus futuras tendencias como personas, por tanto, de su formación integral a lo largo de su proceso de vida. En definitiva, desarrollo de su pensamiento crítico y su toma de decisiones futuras. No surgen los “antisistemas culturales”. Surgen el color y la variedad del respeto y atendimiento de todas las necesidades. Esto no debe de entenderse, según mi criterio, a una negación de, ni por asombro, de la escena alternativa (privada, privada-colaboradora) y sus personas. Pero plantea un modelo de participación amable, serena, honesta y colaborativa con equidad y equilibrio de todas las partes donde tod@s ganen.

 

Tenemos muchos ejemplos históricos que han articulado esa actitud. Ya desde los años 80 en Galicia, Euskadi, entre otras comunidades e incluso Canarias consideraron vertebrar esa manera de funcionar con sus haberes y deberes, con sus aciertos y con sus defectos. Nadie podrá negar, el poder y desarrollo cultural poderoso que supuso para tod@s esa horizontalidad de trabajar en pro de esos objetivos (poniendo en solfa siempre en función de quien lleva las riendas del caballo). Pero la tendencia fue rica, novedosa, alternativa, diferente, etc.… Hubo color, si bien, le faltó más.
 

A nuestra realidad actual no les llega el agua a los bidones, le falta una papa para el kilo o quizás no interesa. La globalización y el poder de las redes se han cargado parte de nuestra sociedad, si bien han mejorado otras. Todo va en función del uso que se hace de la misma. Se puede ser global desde lo específico, lo contrario, sabemos por malos tiempos lo que significa. Pensamiento único.

 

Con esto tan sólo quiero introducir variables de debate y replanteamiento de cosas tan sólo vinculado al porqué el Rock y sus diferentes estilos, rara vez aparecen por nuestros lares desde lo público y, más concretamente desde lo nuestro. Tan solo eso. Se trata de crear un colchón con base sólida que impulse y de robusteza a nuestras artes. En este caso, el Rock y todos los estilos que quedan fuera de la raya del amanecer.

 

Esto tampoco supone el destripamiento de la cultural tradicional y popular, “poldioh”. Supone un refuerzo de tod@s y cada una de las diferentes sensibilidades democráticas que nos deberían definir. Los otro es otra historia con diría Guillermo de Barkerville en el afamado libro “El nombre de la Rosa” de Umberto Ecco.

 

Algunos estarán a favor, otros en contra, otras les dará igual…pero hablemos de ello y busquemos foros para hacerlo. De resto, el reto está lanzado.

 

PD: Miles de coincidencias de lo dicho no sólo son aplicables al ámbito de la pregunta inicial “¿Debería tener el Rock y más estilos en las Fiestas de Carnavales, municipales, locales, barrios, etc.… de todas nuestras islas? ……………¡¡¡MUCHAS!!!!

 

Aporten sus ideas, críticas, alternativas y los que les salgan de las entrañas.

 

Fernando Tocino Viedma,

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