Soledad. Juan FERRERA GILCuando la soledad ocupa las calles un domingo por la mañana viene a significar que casi todo está por hacer. No es normal este silencio que refleja la imagen. Como tampoco es normal que la casta política no resuelva los intereses generales. Debe ser que nos hemos ido acostumbrando a la “anormalidad” que rige buena parte de nuestro entorno vital. De la misma manera que ya nadie pone los indicadores para avisar de distintas maniobras con el coche, la sociedad ha ido creciendo en “anormalidad suprema”. Y eso, desde luego, no es lo común. Ni lo correcto. Ya se cuestiona casi todo. Por ejemplo, a los médicos de la Seguridad Social; ya no estamos dispuestos a reconocer sus estudios, su valía. Sin embargo, esta “soledad anormal” que vivimos no puede durar siempre. No sé si nos explicamos.
Juan FERRERA GIL
































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