Anormales y desinformación
Si lo “políticamente correcto” es actuar adecuadamente con las palabras, no es menos cierto que aquellos que representan a la vieja derechona nostálgica, triste y falsa suelen decir las cosas más dispares y locas sin vergüenza alguna. Por la misma razón, les devolvemos su falta de empatía, consideración y respeto hacia el adversario con términos claros y diáfanos: anormales de la desinformación.
Así, “los nuevos ministros” de Trump representan a un atajo de ricos discapacitados que no tendrían lugar en ninguna asociación de acogida: estos enanos mentales han hecho de la ignorancia una doctrina; además, no solo engañan descaradamente, sino que, incluso, dispuestos se muestran a creer sus propias falsedades: cuanto más exageradas e increíbles, mejor. Consideran que es una “anomalía”, por ejemplo, la presencia de la comunidad científica, pero con la que habrá que contar inevitablemente.
Estos “ministros anómalos e inválidos”, que no obedecen a ninguna premisa, son mayormente adinerados que, en cualquier momento, irán en contra de sus propias creencias y, cuando se cansen del trabajo, tratarán de calzar por Trump: esa persona mayor y viejuna, representante directo de la ignorancia y del ordeno y mando, incapacitado para leer y menos aún para aplicar debidamente la empatía. No sé si sabe lo que es un resumen. Por eso se ha rodeado de otros más anormales que él, con el empeño de convertir la realidad en una nueva expresión a su criterio, imagen y semejanza, donde la riqueza desborda los caseros cajones. Si no son dioses, sí se lo creen.
Y precisamente por eso su paso por la Administración de medio mundo será nefasta, unilateral y de consecuencias irreversibles tras los aranceles que se esperan. Al tiempo: cuando crezcan los enanos...
PD: EL PAÍS lo señaló claramente el pasado domingo 24 de noviembre: “La desinformación es la nueva normalidad”.
Juan FERRERA GIL




























Rito | Lunes, 16 de Diciembre de 2024 a las 08:58:48 horas
Muchas gracias...
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