Maestros y profesores atados por leyes ideológicas
Llamo leyes ideológicas a las que se plantean de arriba para abajo, desde los partidos políticos y no desde las necesidades del pueblo, que es cuando se hacen de abajo para arriba.
El número de maestros y profesores es considerable, y cargan con la enorme responsabilidad de la noble tarea de educar a su alumnado para un futuro inmediato; cometido éste, que, aunque afecta mayormente a los padres/madres, también incumbe a los enseñantes profesionales de la educación, que han dedicado y dedican mucho tiempo a formarse bien para desarrollar eficientemente su vocación; cuya primordial aspiración, junto a la instrucción académica, no es otra, que ayudar a los padres en la formación de sus hijos; es decir, hacer de ellos, personas de bien, felices, y de provecho para la sociedad. Pues bien; éstos maestros y maestras, profesores y profesoras, cada vez que cambia el Gobierno de la nación, sufren los continuos cambios del Ministerio o Consejería de turno bloqueándolos en lo que mejor saben, enseñar e inculcar valores.
Atados por leyes ideológicas de educación; hasta ocho, si no recuerdo mal, en lo que llevamos de democracia; los docentes se enfrentan con frecuencia, a nuevas normativas, a exigencias que requerían de un tiempo del que no disponen, y ahora mismo, al temor de que en un periodo breve, un posible cambio de gobierno pueda derogar la actual ley, la Lomloe, una Ley que surge para modificar la Ley anterior; si bien más consensuada que la antedicha anterior, por la pluralidad del Congreso, pero hecha igualmente como las otras que le preceden; es decir: de arriba para abajo; con un profesorado desquiciado.
Atados por unas leyes ideológicas justificadas, se les exige eficacia, con un alumnado cada vez más diverso, en un tiempo más limitado, por una burocracia excesiva adornada de nomenclatura irracional.
Baste decir, que en barrios donde priman las desigualdades sociales, el paro y el analfabetismo, el ambiente escolar está rodeado de violencia entre los propios alumnos o de estos hacia el profesorado. Los enseñantes, mayormente a nivel de enseñanza secundaria, se ven más como guardianes de un reformatorio que como, maestros y profesores.
Ellos, los enseñantes, se hallan inmersos en una conflictividad generada por la actitud negativa de muchos alumnos por el aprendizaje; o sea; alumnos que no tienen interés por aprender, y, a la vez, apoyados en ocasiones, por unos padres protectores, que reclaman derechos, criticando y descalificando, al mismo tiempo a los profesores, con crueldad; proyectando en ellos frustraciones personales y profesionales por exigir a sus hijos disciplina.
¿Y a qué conlleva todo ésto? Pues, está a la vista; nada más y nada menos, que a un incremento del fracaso escolar y a un profesorado quemado, y también desanimado, que suele terminar, abandonando o con bajas médicas. Su ilusión se ha convertido en temor al salvajismo, y la antes respetada vieja profesión del docente, ahora menospreciada por una sociedad que les ataca con expresiones tan ordinarias, como: “tienen más vacaciones que un maestro de escuela”, despreciando así su importante labor de inculcar los grandes valores a un alumnado que se ve bombardeado por otras realidades de la calle.
Se ignora también, que el profesional recibió una formación de ayer para unos jóvenes de hoy; y que, con todo, ese maestro/a o profesor/a, aunque cansado/a, siempre está aprendiendo para dar lo mejor de si mismo/a, porque es consciente de que el futuro de un país, pasa por su aula.
Para acabar, decir, que no me cabe la menor duda, de que las políticas educativas, buscan solucionar los grandes problemas, de uno de los grandes planes de una sociedad, como es la educación; pero lo hacen, sin tener en cuenta, para nada, a sus principales protagonistas, que no son otros que los docentes.
Juan Reyes González
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.175