
Cuando la palabra se verifica en el momento adecuado, adquiere la forma del narrador (“algunas cosas que narro son ciertas”) Antonio López, que sabe lo que sabe y que mide, además, perfectamente los tiempos. Por eso en la imagen aparece mirando con extrema atención, mientras su sombra en la pared vigila atentamente: dos personas y una misma mirada.
Es verdad que Labrantes de la Palabra son unos cuantos. Sin embargo, hoy queremos recuperar la figura de su director o coordinador. O como se diga. Ya ven, a mí tampoco me salen las palabras precisas y adecuadas. En cualquier caso, me dispongo a escuchar: así lograré entrar en un mundo soñado, donde se respira paciencia y tranquilidad. Y verdad. Mucha verdad.
Juan FERRERA GIL
































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