LA BRISA DE LA BAHÍA (205). Amistad

Ahora que la panza de burro parece instalada definitivamente en el norte isleño, surge la duda de que la amistad no supera, en determinadas ocasiones, el paso del tiempo.

Juan Ferrera Gil Lunes, 18 de Noviembre de 2024 Tiempo de lectura:
Amistad. Juan FERRERA GILAmistad. Juan FERRERA GIL

Ahora ya casi todo no es lo mismo. La amistad que ha permanecido en el tiempo se resquebraja poco a poco. Y lo digo como algo natural en la evolución de cada individuo.

 

Que alguien te diga que “primero te mueres tú antes que yo” no solo roza el insulto, sino que lo que hubo de amistad se cubre de engaño y sorpresa paulatinamente: los años no perdonan. ¡Dios mío! ¡A mí nunca se me ocurriría decir esas cosas! Por eso cuando la escuchamos en un encuentro fortuito, pensamos inmediatamente: “siempre mi amigo tan positivo”, con toda la ironía del mundo. Sabemos que andaba el hombre preocupado por las últimas ausencias y como persona recién jubilada le ha dado para atrás a la memoria y está como está: como aguja sin nidal.

 

Y así no hay manera de construir nada ni que el pensamiento se asiente sobre base sólida. Ahora que la panza de burro parece instalada definitivamente en el norte isleño, surge la duda de que la amistad no supera, en determinadas ocasiones, el paso del tiempo. Sí, ya sabemos que es un suponer. Vamos a dejarlo así, de momento. Bien es verdad que la penúltima ausencia no solo fue una sorpresa, y, como tal, inesperada, sino que al mismo tiempo llegamos a sentir que pertenecíamos al mismo bombo en el sorteo, donde la bola seleccionada determinará una nueva visión al tiempo que la mirada se expande.

 

De cualquier modo y manera, la lectura del penúltimo libro nos hará vivir nuevamente otra existencia, otro modo de respirar, aunque venga del pasado, que, dicho por otra parte, nos viene a colocar los pies en el suelo, nos obliga a hacer la cama una vez más y nos presenta los útiles de limpieza que señalarán que la vida sigue su rutina; rutina que es una especie de felicidad de las pequeñas cosas que diariamente nos acompañan.

 

No sabemos qué pensar. Igual todo este rollo no sirve para nada (¡es lo más probable!). Así que es mejor dejarlo a un lado y seguir el camino… ¡hasta las últimas fuerzas!

 

Juan FERRERA GIL

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