Educación infantil

Ya verás cuando venga tu padre

Durante generaciones, los padres intervenían solo cuando los hijos “se portaban mal”.

Haridian Suárez Vega Miércoles, 13 de Noviembre de 2024 Tiempo de lectura:

Hace no tanto tiempo, la frase “cuando venga tu padre...” era el equivalente a una amenaza, el anuncio de que se avecinaba un castigo.

 

Y es que el rol del padre era casi meramente para infundir autoridad, para poner a los niños en su sitio y para educar desde el castigo.

 

Durante generaciones, los padres intervenían solo cuando los hijos “se portaban mal”.

 

Y es que el padre, normalmente ausente en la educación de sus hijos, entraba en casa y lo primero que oía era a su mujer desbordada por la conducta de los hijos y por el trabajo doméstico que le decía:“…que sepas que tu hijo ha hecho…” y el padre, sin más, entendía que su trabajo era actuar imponiendo el castigo que él consideraba.

 

Para muchos padres la educación era simplemente una tarea más en lugar de una responsabilidad.

 

Por suerte, podemos decir que hoy el rol del padre en la crianza ha evolucionado.

 

De una figura autoritaria y distante a un padre presente, empático y comprometido con el bienestar de sus hijos.

 

Quizás porque el concepto de crianza ha cambiado.

 

Ya no queremos enseñar valores a través del miedo y la sumisión, sino a través de la empatía, la comprensión y el respeto. Ya no es necesaria esa figura autoritaria.

 

El rol de padre, tal como se entendía, ahora casi no tiene cabida.

 

Poco a poco, el peso de la educación (sobre todo emocional) ya no recae solo en la figura materna.

 

Cada vez más padres han dejado atrás ese modelo y han adoptado un enfoque más cercano.

 

Ahora, ser padre significa mucho más que ser el proveedor económico o el “castigador” de la casa.

 

Hoy, cuando decimos “espera a que venga papá”, ya no se trata de una advertencia, significa simplemente que papá viene, y que compartiremos tiempo juntos.

 

Cada vez oímos menos ese odioso….“Si sigues llorando, te voy a dar un motivo para que llores de verdad" minimizando sus emociones, convirtiéndolo en algo "sin importancia" y amenazándolo con un castigo mayor. Ahora se valida la emoción y se ofrece consuelo, enseñando que papá no está para darnos motivos para llorar, sino para entender y ayudar.

 

Porque no queremos que cuando papá llegue a casa sea motivo de que acaben las risas, y de que en lugar de una caricia reciban un castigo.

 

Los hijos son responsabilidad de los padres, de los dos. El papá que cuida no está ayudando, está ejerciendo la paternidad. Y ejercer la paternidad comprende generar un vínculo que demuestre que siempre estará disponible, que como cuidador se hace responsable de la seguridad, el cuidado y el amor de sus hijos.

 

Los estudios confirman que los niños que tienen una relación cercana con sus padres se sienten más seguros de sí mismos, saben que tienen a alguien en quien confiar y acudir cuando tienen un problema, y aprenden a gestionar los conflictos desde la empatía y la resiliencia. Son todo beneficios.

 

Estamos viviendo un momento histórico en la crianza. Por primera vez, estamos criando a nuestros hijos desde el respeto y no desde el miedo.

 

Harídian Suárez Vega

Trabajadora Social y Educadora de Disciplina Positiva (@criarconemocion)

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