Los clubes de fútbol deben ser gestionados por sus socios
Si bien, la mayoría de los clubes de fútbol de nuestro país, están siendo gestionados por sus socios y que al parecer, dentro de sus dificultades, no viven mal momento; hay que decir, que esa mayoría de clubes antedicha, ha sido apartada de la élite profesional, por la Ley del Deporte, y que en su actual caminar exitoso, tienen mucho que ver los valores, en los que se basan, que no son otros que: la democracia, la transparencia y la cercanía a la gente.
Frente a los fichajes multimillonarios, a los estadios con nombres de marcas, a los precios de entradas absolutamente inaccesibles y a los espacios “deportivos” en televisión, en los que únicamente se suele hablar de dos equipos, y casi siempre de dos jugadores, se encuentra el fútbol cercano, el que late en la calle, el de los campos modestos, en los que aún deciden sus aficionados.
Como ya dijimos, los clubes de fútbol con gestión democrática son la inmensa mayoría de los que existen en España. Sólo una minoría, los de categoría profesional (Primera y Segunda División), están obligados por ley a ser Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) desde 1992, creo que con cuatro excepciones: Athletic Club de Bilbao, Atlético Osasuna, Fútbol Club Barcelona y Real Madrid.
La U.D. Barrial, es uno de esos numerosos clubes modestos que practican los valores arriba mencionados y que fue fundada hace décadas, por el amor y el esfuerzo de todo un barrio y que continúa siendo sostenida por la misma fuerza, a día de hoy; y, viviendo actualmente, un momento muy dulce, especialmente, por obra y gracia del sacrificio diario, el esfuerzo desinteresado, la humildad, la amistad, la pasión por el fútbol y sobre todo el eterno amor a sus colores, de una Junta Directiva muy sacrificada, eficiente y numerosa, que le ha cambiado la cara por completo.
Este club, cuenta aproximadamente con unos trescientos socios y juega en Primera categoría regional. "En tiempos pretéritos, cada partido era una fiesta y actualmente lo sigue siendo, pero más bien, a nivel de sus categorías inferiores; desde que empieza el partido, hasta que termina, hay diversión, animación, alegría, cánticos, y en la grada, sintonía total entre los aficionados". En su época más esplendorosa, le llamaban el “equipo del desquite”, porque llenaba todos los campos de fútbol que visitaba.
Actualmente, "el club, ha pasado de ser uno más, a ser un tema de conversación habitual en los mentideros futbolísticos galdenses; es un símbolo inolvidable para el barrio; porque representa por sí mismo un espacio de recuperación de los sentimientos de los que pueblan esta localidad de Gáldar.
En fin; hay razones de peso que marcan la diferencia entre estos clubes y los SAD," como por ejemplo, ser parte de una pequeña familia, encontrarte por la calle con los jugadores y hablar con ellos; vivir un ambiente espectacular cada partido... me imagino que así era el fútbol en sus inicios. Y que ser socio de un equipo modesto implica sobre todo una cosa; y ello es, que eres el dueño de tu club. Ya no solo es, que votes cualquier decisión, es que cuando el club, te necesite, te sientes obligado a acudir a su llamada, para ayudar de alguna manera, con lo que haga falta, porque eres parte de él.
"Lo mejor que le ha pasado a este club, es haber sobrevivido a la saturación de un fútbol, que poco tiene que ver, con lo que es este deporte: nada más y nada menos, que una fiesta para la clase trabajadora y un juego para los niños".
La conexión del equipo con el barrio, desde sus inicios ha sido "de complicidad total", y ello, es esencial en un proyecto así. Como lo es también, colaborar con las fiestas del barrio y tener una relación muy estrecha con la AAVV, con otros clubes deportivos y con los Colectivos y comunidades educativas de los Centros de Enseñanza, del barrio; porque de esta manera, la sintonía Club, barrio, permanecerá siempre vigente; y, porque ello, repercute, en más socios, más asistencia al campo y mayor refuerzo de la identidad. Es algo, recíproco, diría yo".
No me cabe la menor duda, de que "Lo mejor, es ser presidente porque los socios lo hayan elegido así; no por tener más dinero o acciones", como así ocurre en los Clubes que son SAD.
"Para mí, el fútbol SAD, es pura mercantilización, y considero, de que se priva al aficionado del deporte y de que se pierde identidad histórica. Por otra parte, también es cierto, que hay que intentar pasar de lo negativo a lo constructivo; y es mejor hablar, de que hay otro fútbol posible; un fútbol social, popular, apasionado, comunitario... resumiendo, un fútbol de la gente de a pie".
Los clubes con gestión democrática se enfrentan al problema de subsistir con ingresos reducidos, las cuotas de socios, el patrocinio de comercios locales, rifas, y lotería fundamentalmente; pero, también es cierto, que comparten la toma de decisiones en común.
"Si la asamblea de socios toma una decisión, aunque la directiva no estuviese de acuerdo, debe acatarla y llevarla adelante. Cuando mandan cuatrocientos en vez de uno, la gestión es más difícil, pero también es infinitamente más justa y hace que todos sintamos el club como nuestro".
Otro motivo importante y positivo de este modelo cooperativo, es que la existencia de democracia en los clubes, también contribuye a fortalecer el concepto de ciudadanía activa, siendo beneficiosa para la sociedad en su conjunto. La democracia funciona mejor, cuando es la norma habitual para los ciudadanos, en todos los ámbitos de la vida social; no cuando es sólo una manera irregular de contribuir y participar".
Ni que decir tiene, que los clubes de la élite, no son democráticos, por obra, de la Ley del Deporte de 1990, que obligó a transformar a éstos, en sociedades anónimas deportivas, para "establecer un modelo de responsabilidad jurídica y económica para los clubes que desarrollen actividades de carácter profesional".
Treinta (30) años después, es evidente que ese propósito no se ha cumplido. Las SAD en el fútbol, acumulan deudas multimillonarias, especialmente vergonzantes, las que se refieren a Hacienda; muchas se han acogido a concurso de acreedores o han desaparecido.
Ahora mismo, nos encontramos con que la propiedad privada de los clubes, y el ánimo de lucro, crean sus propios problemas de gestión, que no son otros, que los existentes antes de 1992, derivados de la relevancia social del fútbol y su nula regulación en materia de responsabilidad de los administradores.
"Las cifras son contundentes: antes de la Ley del Deporte, la deuda del fútbol profesional era de 28600 millones de pesetas, mientras que ahora se supera esa deuda con creces”.
Juan Reyes González
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.97