Lienzo. Juan FERRERA GILCuando la fachada, delante misma de la Catedral lagunera, sirve de lienzo, la sombra de la palmera que no vemos no solo levanta su presencia tranquila y silenciosa, sino que, además, realza la vetusta cara del edificio y nos lo devuelve como si nuevo fuera.
Es lo que desprenden los dibujos del sol, que, a pesar de ser siempre los mismos, no solo tienen su aquel, sino que también disponen y proponen, en su pasmosa tranquilidad, una nueva interpretación.
Son tan democráticos los dibujos del sol que sus propuestas están siempre abiertas a cualquier punto de vista. Y eso, en principio, no es nada malo.
Juan FERRERA GIL































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