Las escuelas de padres/madres de fútbol base, son una necesidad, a día de hoy
Está más que claro, que los padres/madres, no deben ser un elemento desequilibrante en el proceso de aprendizaje e iniciación deportiva de sus hijos/as. Muy al contrario, deben ser los responsables últimos de un ambiente que propicie el desarrollo integral de éstos/as; porque los/as menores que se inician en el deporte necesitan vivir con unos valores familiares y deportivos que estén en consonancia.
Y, desde LAS ESCUELAS DE PADRES/MADRES DE FÚTBOL BASE, se puede hacer mucho, por la consonancia entre los valores antedichos; en tanto que, entre otras cosas, podrían ser una fuente de para la resolución de los conflictos que están a la orden del dia, y además podría facilitar a los padres/madres, la consecución de todo el protagonismo que les compete y también, como no podía ser de otra manera, la oportunidad de que exploren todos los aspectos que sus hijos/as, están viviendo en torno a su deporte favorito; con lo que se podría consiguir, a buen recaudo, acercar a los padres/madres, las sensaciones y sentimientos que atraviesa un niño/a, o joven, a la hora de saltar al terreno de juego y disputar un encuentro; y también, al propio tiempo, transmitirles que los valores y principios que estos menores adquieren dentro del seno de las familias, hay que llevarlos también al deporte que practiquen, buscando consensuar y compartir, de forma totalmente interactiva y participativa, aquellos comportamientos y actitudes que los padres/madres deben mantener en este contexto formativo.
Por ello, La creación de una escuela de padres/madres de fútbol base, lejos de verse como una utopía, es a día de hoy, para mí, una necesidad; o lo que es más todavía,una exigencia; porque en ella, podríamos encontrar, variadas vías de solución a los diversos problemas que se suelen plantear, y conseguir que los valores familiares y deportivos vayan al unísono, ya que solo así, se puede crear el ambiente más adecuado, para favorecer el desarrollo integral de los menores deportistas.
Y, es que no es nada fácil, conciliar, con los perfiles de padres/madres que normalmente nos solemos encontrar, que no son pocos y que iremos relatando a continuación:
Para empezar, tenemos el perfil, de los que no participan en ninguna de las actividades ni reuniones organizadas por la escuela de fútbol; aquí, a mi parecer, la Escuela de padres/madres, siempre tendría un importante trabajo que realizar; que sería, tal cual lo entiendo yo, averiguar cuáles son las causas de su ausencia y partiendo de ahí, tratar de intentar hacerle ver cuáles son las razones por la que debe caminar por la senda adecuada.
En segundo término, tenemos el perfil, de los padres/madres que suelen corregir, reprender y regañar constantemente a su hijo/a; nunca suelen salir satisfechos con lo que el niño/a, realiza en el terreno de juego y relacionan el éxito o el fracaso de su hijo/a, como suyo; ni que decir tiene, que actitudes de esta índole, perjudican con toda seguridad al niño/a; ya que se le suele generar estrés y ansiedad, al llegar a pensar éste, que nada de lo que hace es del agrado de su padre; en este caso, la escuela, cuando considere que debe cambiar algo, tendría que hacerlo, tratando de encontrar los aspectos positivos en todas las acciones o situaciones.
En tercer lugar, el perfil, de los que no cesan de gritar; el de los que dan la impresión de que están enfadados con todo el mundo, que gritan a todo el mundo, a sus hijos/as, al árbitro, al entrenador…, hasta el punto de que el hijo/a que está jugando podría sentirse en ese momento, hasta avergonzado; lo que le haría perder, por supuesto, la concentración; este tipo de problemas, se podría solucionar conviniendo supuestamente, con este padre/madre, por ejemplo, una función que sea valiosa, especialmente para el entrenador, y que al propio tiempo, esa función, lo lleve a colaborar por la senda de lo positivo.
En cuarto orden, el perfil, de los padres/madres que hacen de entrenadores; éstos que no se conforman sólo con indicar y dirigir a su hijo/a, sino que incluso se permiten el lujo de dirigir a todo el equipo desde la banda, lo que sin duda alguna, podría provocar, un cruce de informaciones contradictorias, entre el padre y el entrenador; generando con ello, inoportunos desajustes al equipo; ello se podría solucionar, por supuesto, indicándole a los jugadores que sólo atiendan las consignas del entrenador y para corregir la actitud del padre podría sugerírsele a éste, hablar en privado y si fuere necesario, convenir con él, cómo ya avanzamos antes, cualquier cometido en el equipo.
En quinto rango, el perfil de Padres, de los que se aterrorizan con las acciones que se podrían producir en un partido; terror que le transmiten a los niños/as en ocasiones, hasta el punto de que el día que su hijo/a tiene un partido con un equipo duro, no le permite ni tan siquiera hacer acto de presencia en el partido. Yo creo, que explicándoles el contenido del fútbol, e informándoles de que las reglas de este deporte protegen al jugador y de que un entrenamiento bien programado, reduce la posibilidad de lesiones, podría resolverse en parte o en su totalidad este problema.
Y para finalizar, tenemos el perfil de los padres/madres, que tras recibir las notas al final de cada trimestre, y no siendo éstas de su agrado, castigan al niño/a con quitarle la práctica del fútbol; esto se podría solucionar explicándole al padre, que para el club, los resultados académicos es una de las prioridades de la escuela; y que el quitarle la práctica deportiva al niño/a, puede repercutir negativamente en el rendimiento escolar.
Por todo ello, yo personalmente creo, que la solución a estos comportamientos se podrían reducir en un gran porcentaje y de manera más sencilla, a través de la susodicha Escuela de Padres/Madres.
Y también creo, que con una reunión, que se celebre al inicio de la temporada, con todos los padres/madres; serviría para ponerles al corriente de todo lo habido y por haber, explicándoles las finalidades de la escuela de fútbol base, presentar a las personas que estarán con los niños/as, como entrenadores, preparador físico, etc, e incluso, explicar también, las funciones que realizan cada uno, dentro de la escuela; decirles cuáles son los objetivos del deporte base y repartir el planteamiento previo del trabajo que se va a realizar a lo largo de la temporada, con el calendario, horario y duración de los entrenamientos, las normas de régimen interno, etc. Y por supuesto que también habría que decirles, qué esperamos de ellos y cuáles son las funciones que se espera que cumplan a lo largo de la temporada.
Y para finalizar, reitero, que no tengo la menor duda, de que con la creación de una Escuela de Padres/madres en un club, se contribuiría a la mejora de las relaciones antes mencionadas, a transmitir conocimientos y estrategias a los padres para una mejor práctica deportiva de su hijo/a, y a una mayor participación en la mejora de la imagen de la escuela o Club. Y, ¿cómo no? no debemos olvidar a las personas que tendrían mayor dedicación en la Escuela, serían por supuesto, los Entrenadores, el Coordinador y entiendo, que la figura de un psicólogo, en tanto que, esta persona, podría ayudar muchísimo con su ayuda técnica; aunque todos los componentes de la misma, podrían tener presencia en ésta, con charlas y coloquios, al menos, una vez al mes.
Juan Reyes González
































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