Gabinete. Juan FERRERA GIL“El Gabinete de Crisis se instaló en la aruquense Ermita de San Pedro y desde allí, en medio de viejos toneles de roble americano que servían para envejecer el ron, y con mano militar, por supuesto, la ciudad se convirtió en un inmenso cuartel de unos 40.000 habitantes, que pasaron a ser individuos singulares a los que había que ayudar y ordenar. Lo mismo ocurría en el resto de Europa. Alemania volvió a dar la nota, repitiéndose así la Historia. Y los versos de Bertolt Brecht volvieron a ponerse de moda: un nuevo cantautor desconocido musicó para la eternidad.
La tristeza se adueñó de una sociedad beligerante y decimonónica en pleno siglo XXI, aunque la mayoría desconociese su significado. Cuando las trincheras insuficientes fueron y las ratas pulularon por el lugar, en total libertad, habían huido hacia Sudamérica las élites políticas en submarinos nucleares camuflados. Todo acorde con la incompetencia general que había renacido cuando las palabras redujeron su presencia.
Como ya no tenían nada que decir, y como la mentira se había transformado en falso argumento y testimonio, huyeron los gobernantes por los opuestos senderos.”
Juan FERRERA GIL
































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