En el Día de las Escritoras
La pasada semana se hacía público la decisión de la Academia Sueca de otorgar el Premio Nobel de Literatura 2024 a la surcoreana Han Kang. Este nombramiento marca dos hitos: el primero, el de ser la primera literata surcoreana reconocida con la máxima distinción mundial en el ámbito de las letras, con un premio en metálico de 970.000 euros, el mayor dotado de todos los premios literarios, y el segundo, el de ser la escritora más joven laureada con este galardón en más de cuarenta años.
Que el premio Nobel se otorgue este año a una mujer es especialmente relevante en una fecha como la de hoy, 14 de octubre, cuando se celebra en nuestro país el Día de las Escritoras, un conmemoración que tiene su origen en la necesidad de dar visibilidad a las mujeres que escriben porque, históricamente, a las mujeres y a sus obras literarias las han situado al estado al margen de todo: al margen del canon, al margen del reconocimiento, al margen de la publicación y al margen del público lector. Y a pesar de todo, las mujeres siempre escribieron. Y escribieron muy bien aunque también las había mediocres, como también había y hay escritores mediocres. Solo que a ellos no se les juzgaba ni se les juzga con tanta fiereza como a ellas.
La denominación al premio Nobel de Han Kang supone sumar el nombre de una mujer a la nómina de diecisiete mujeres escritoras que han recibido este reconocimiento desde 1901, cuando fue instituido por Alfred Nobel, un químico e inventor sueco que se hizo rico con la invención de la dinamita.
Es decir que, desde que se crearon los premios Nobel de literatura, solo 18 mujeres han ganado este galardón, 9 de las cuales lo han recibido en este siglo: Elfriede Jelinek, Doris Lessing, Herta Müller, Alice Munro, Svetlana Aleksiévich, Olga Tokarczuk, Louise Glück, Annie Ernaux y Han Kang. Como vemos, se trata de cifras absolutamente desalentadoras: de las 119 personas galardonadas desde 1901 con el Nobel de Literatura menos de un 15% son mujeres.
En los últimos años, la Academia ha marcado la alternancia de génerosasí que, en esta edición, 'tocaba' una mujer. Sin embargo, esta tendencia no es la habitual. De hecho, hasta los años 90 del siglo pasado no era para nada normal. Fue precisamente en esos años cuando se incorporaron a la lista del Nobel de Literatura escritoras como Nadine Gordimer, Toni Morrison y Wislawa Szymborska, notándose entonces un cambio en la Academia Sueca en cuanto a la sensibilidad racial y de género puesto que se daba el Nobel no solo a una mujer, sino a una sudafricana (Nadine Gordimer) y posteriormente a una afroamericana (Toni Morrison).
Evidentemente, esta sensibilidad no es fruto del azar sino que es el resultado de un cambio en la conciencia social, efecto directo de las reivindicaciones impulsadas por los movimientos feministas, unos movimientos que se ha labrado gracias al esfuerzo de miles de mujeres que han levantado su voz contra la discriminación por motivo de género y a favor de la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos sociales, políticos, históricos, económicos, etc...
Porque el reconocimiento a las mujeres que escriben sigue siendo ínfimo. Como dato podemos señalar que en España solo seis escritoras, cuatro de ellas en el siglo XXI, se han hecho con el Premio Cervantes frente a ¡37 hombres! ¿De verdad solo ha habido desde 1976 seis mujeres merecedoras de este galardón? ¿En serio, han sido tantos los varones cuyas obras literarias han sido tan superiores a las de las mujeres en la misma época como para merecer el Cervantes frente a ellas?
Y si nos vamos al ámbito regional tampoco las cifras resultan muy alentadoras. Desde que el Gobierno de Canarias instaurara el Premio Canarias de Literatura en 1984, solo tres escritoras canarias han sido reconocidas con este galardón,¡3 frente a 18! Se trata de María Rosa Alonso, ensayista, que además tuvo que compartir galardón con Juan Marichal, en 1987; de la poeta Cecilia Domínguez Luis, en 2015, y la editora y poeta Elsa López, en 2022.
La celebración de Día de las Letras Canarias, creado en 2006 por el Ejecutivo canario, tampoco arroja una estadística mucho más reconfortante: seis mujeres frente a trece varones (Mercedes Pinto en 2009, Mª Rosa Alonso en 2010, Pino Ojeda en 2018; Josefina de la Torre, en 2020; Natalia Sosa, en 2021 y Dolores Campos-Herrero en 2022).
Con muchas las cifras que dejan patentes esta desigualdad entre los géneros en el ámbito literario (como en cualquier ámbito, por otro lado), pero me gustaría reseñar especialmente el hecho de que tan solo cinco mujeres -tres de ellas en el siglo XXI- hayan recibido en nuestro país el Premio de la Crítica, ¡5 frente a 58 varones en veinte años de edición! Un dato especialmente relevante ya que el ensayo se considera como el género máximo de la intelectualidad. A este respecto, la Asociación Clásicas y Modernas publicó un estudio en 2020 que, bajo el título ‘¿Dónde están las mujeres en los ensayos?’, constata que en España solo un 20% de los ensayos publicados entre 2017 y 2018 estaban escritos por mujeres. Hum...¿es que no son las mujeres ejemplo de máxima intelectualidad en nuestro país? Para hacérselo mirar.
Y si seguimos con la escasa presencia de mujeres en los distintos campos literarios y de intelectualidad, ¿qué decir de los Miembros académicas de la Real Academia Española? En sus más 300 años de historia, de sus 485 académicos, solamente 11 mujeres han ocupado un lugar dentro de ella. Actualmente, solo 10 de los 46 académicos son mujeres.
Todo ello a pesar de que, según datos de la Asociación de Editores de España (por cierto, ¿y las editoras? ¿no sería más adecuado decir 'Asociación Española de Edición', por ejemplo? ...), son las mujeres las que más compran novelas (el 80 por ciento) y son las más asiduas a los talleres y club de lectura, hecho que no impide que tan solo el 20% de los libros que se publican en España están firmados por mujeres.
Con todas estas cifras lo que quiero dejar patente es que todavía nos queda mucho que recorrer en el camino de la igualdad efectiva entre géneros en el ámbito de la creación literaria, un ámbito en el que se viene trabajando con mucho mayor empeño desde 2016 cuando se instauró el Día de las Escritoras, una celebración promovida por la Biblioteca Nacional de España junto a la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y la Asociación Clásicas y Modernas con el objetivo de reivindicar la labor y el legado de las escritoras a lo largo de la historia. La celebración, de carácter anual, se convoca el lunes más cercano a la fecha del 15 de octubre, día del fallecimiento de Teresa de Jesús. Así pues, este año, se celebra hoy lunes, 14 de octubre.
En respuesta a esta celebración, la Biblioteca de Gáldar acogerá durante las jornadas de hoy y mañana, 14 y 15 de octubre, un programa de actos que incluyen la proyección del documental 'La mirada femenina en la literatura', de Beatriz Oneill Gómez, en un acto que contará con la presencia de las escritoras canarias Lucía Rosa González y Rosario Valcárcel, y la presentación del estudio '¿Dónde están las mujeres en las bibliotecas?', a cargo de la coordinadora del Día de las Escritoras de la Asociación Clásicas y Modernas, Marina Gilabert, además de la celebración de una mesa de debate con escritoras de renombre dentro del panorama literario isleño, entre ellas, Alicia Llarena, Isa Guerra, Mayte Martín y Mar Zeraus bajo la coordinación de quien suscribe, Josefa Molina, en una iniciativa que busca dar a conocer en primera persona cuál ha sido la experiencia de estas autoras en su faceta como creadoras literarias.
Por su parte, el Gobierno de Canarias celebra este año el Día de las Escritoras con un acto institucional que tendrá lugar mañana martes, 15 de octubre, que en esta edición reconoce la figura de María Joaquina de Viera y Clavijo, considerada como la primera poeta mujer de la que se tienen registros en las islas.
Todas estas iniciativas son y siguen siendo necesarias ya que, a pesar de estar en pleno siglo XXI y a pesar de los avances que se han producido en los últimos años en materia de igualdad, es más que evidente que es necesario seguir dando visibilidad a las escritoras actuales así como trabajar en la recuperación de nuestras escritoras referentes, sacando del olvido a tantas y tantas literatas porque, tal y como indica la activista feminista estadounidense Adrienne Rich, hay “subsanar la orfandad de la madre”, porque no venimos de la nada, contamos con mujeres que han sido y son referentes para las niñas y niños de hoy, mujeres y hombres del mañana. Y hay que ponerlas en valor.
En materia de visibilización creo que hay que seguir apostando por propiciar la formación de mujeres en la crítica literaria, demandar un mayor número de reseñas de libros escritos por mujeres, exigir paridad en festivales y eventos literarios y culturales y en los jurados de certámenes literarios, reclamar una mayor presencia en librerías y bibliotecas de autoras de todo tipo y condición y demandar que en los programas curriculares de enseñanza primaria y secundaria se incluyan autoras en igual proporción que autores.
Se trata, en definitiva, de ponerse 'gafas violetas’ en todos los ámbitos culturales, sociales, urbanísticos, económicos, empresariales,… en todo. Porque todo suma y enriquece en la igualdad, que es lo que todas las personas que creemos en una sociedad de bases democráticas reales aspiramos o deberíamos aspirar. Pero y sobre todo, porque lo que no se nombra, no existe.
Y yo, como mujer y escritora, exijo que todas seamos nombradas y reconocidas en igual de condiciones que nuestros compañeros varones.
Es básico para cualquier sociedad que aspire a ser considerada como una sociedad de iguales, democrática, justa e integradora.
Josefa Molina
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