La transparencia, un imperativo para los ayuntamientos
En un mundo donde la información fluye con rapidez y las voces de los ciudadanos son cada vez más fuertes, la gestión municipal en Canarias se enfrenta a un reto crucial: la necesidad de adoptar la transparencia como una de sus principales premisas. La desconfianza hacia las instituciones ha aumentado, y nuestros ayuntamientos, como primer contacto del ciudadano con la política, tienen la responsabilidad de revertir esta situación. Una gestión transparente no sólo fortalece la democracia, sino que también empodera a los ciudadanos, permitiéndoles ser agentes activos en la construcción de su comunidad.
La desafección política como telón de fondo
La desconfianza hacia los gobiernos ha llegado a ser un fenómeno alarmante en Canarias, como en muchas otras partes del mundo. Que cuatro de cada diez canarios y canarias se queden en su casa el día de las elecciones da una referencia del nivel del problema. Escándalos de corrupción, falta de información y decisiones que parecen ajenas a las necesidades de la población han generado un abismo entre los ciudadanos y sus representantes. Esta desconexión no es un simple inconveniente, se traduce en una falta de participación en procesos democráticos y en un debilitamiento del tejido social.
Los ciudadanos, en general desilusionados, se sienten impotentes ante un sistema que parece actuar sin tener en cuenta sus preocupaciones. Para revertir esta tendencia, es imprescindible que los ayuntamientos adopten un enfoque proactivo hacia la transparencia. La rendición de cuentas no debe ser un evento ocasional, debe estar integrada en la cultura institucional de cada corporación local. La transparencia municipal es algo más que publicar en la página web del ayuntamiento, una vez al año, la información contenida en la Ley de transparencia para que el Comisionado del Gobierno de Canarias les ponga una nota. La transparencia real es la que pasa, por ejemplo, por hacer accesibles los plenos municipales a cualquier persona que quiera acudir, es mantener informado al pueblo de las líneas de trabajo en las que se está trabajando, es atender a los vecinos y responder a sus dudas y cuestionamientos con la mayor diligencia posible.
Empoderar al ciudadano: una necesidad imperiosa
Los ciudadanos son adultos, tienen la capacidad de tomar decisiones informadas y responsables. Es uno de los principios básicos de la democracia. Es esencial que se les empodere mediante la participación activa en la elaboración de planes estratégicos y de acción en áreas clave como la educación, la salud, el medio ambiente y la economía local. Este empoderamiento no sólo genera un sentimiento de pertenencia, sino que también permite que las decisiones tomadas sean más ajustadas a las realidades y necesidades de la comunidad.
Una de las maneras más efectivas de lograr esto es creando diversos canales que faciliten el contacto con las personas, por ejemplo, a través de asambleas vecinales o de foros abiertos donde los ciudadanos puedan expresar sus ideas y preocupaciones. Ya hay localidades en Canarias que han comenzado a experimentar con estos modelos participativos, permitiendo que los ciudadanos contribuyan a la creación de políticas locales. Sin embargo, estos esfuerzos aún son embrionarios y deben ampliarse y sistematizarse para todas las áreas de gobierno y todos los municipios canarios. La participación ciudadana es mucho más que los presupuestos participativos de algunos municipios, estamos hablando de participación activa y efectiva en la toma de decisiones.
La historia de muchos países demuestra que la participación ciudadana activa conduce a mejores resultados en la gobernanza. Cuando los ciudadanos son parte del proceso de toma de decisiones se sienten más conectados y comprometidos con su comunidad. Este enfoque también fomenta una cultura de responsabilidad en los funcionarios públicos y políticos que ostentan los cargos, quienes deben rendir cuentas ante una población informada y activa. Existen múltiples ejemplos inspiradores y fórmulas para explorar tanto en Europa —Irlanda, Países Bajos, Alemania, Barcelona, etc.— como en América Latina —Guatemala, Colombia, Chile, etc.—.
Cuadros de mandos: la clave del seguimiento
Después de recoger la información y el sentir de los ciudadanos se deben elaborar Planes Estratégicos y/o de acción que sirvan como hoja de ruta y que guíen los esfuerzos en su camino hacia la satisfacción de las necesidades del municipio, asegurando que todos los esfuerzos estén alineados y que se pueda responder de manera efectiva a los cambios. El desarrollo de planes estratégicos es solo el primer paso, su seguimiento es igualmente crucial. Para ello, la implementación de cuadros de mandos que permitan evaluar la efectividad de estos planes es esencial. Estos instrumentos deben ser accesibles y comprensibles para la ciudadanía, ofreciendo una visión clara de los avances y de los desafíos que se presentan en el camino. Las páginas web de los ayuntamientos sirven para algo más que publicitar los “éxitos” de la corporación de turno.
Estos cuadros de mandos no sólo proporcionan datos, también fomentan un diálogo constante entre la administración y los ciudadanos, creando espacios donde se puedan discutir los resultados y ajustar las estrategias según sea necesario. La rendición de cuentas debe convertirse en una práctica habitual y no en un mero formalismo. Cuando los ciudadanos tienen acceso a información clara y precisa sobre cómo se están utilizando los recursos públicos se siente un incremento en la confianza y en la participación. La transparencia debe ser el pilar sobre el que se construya una relación saludable entre el gobierno y la comunidad.
Una nueva forma de gobernanza
La situación actual exige un cambio en la forma en que se gestiona. La transparencia no es solo una cuestión de ética, es una necesidad urgente para restaurar la confianza pública. Cada euro gastado debe estar justificado y cada decisión debe ser objeto de escrutinio público. Para ello, es esencial que los gobiernos locales adopten prácticas de comunicación bidireccional, donde la retroalimentación de los ciudadanos sea valorada y tenida en cuenta.
Los ayuntamientos deben crear plataformas digitales donde los ciudadanos puedan acceder a información sobre proyectos, presupuestos y decisiones relevantes. La era digital nos ofrece herramientas que pueden facilitar este proceso, desde aplicaciones móviles hasta portales de transparencia. Sin embargo, la tecnología por sí sola no es suficiente, debe ir acompañada de un compromiso genuino por parte de los líderes municipales de abrir las puertas a la ciudadanía.
Un compromiso de todos
Es fundamental que la comunidad entienda que el cambio no depende únicamente de las autoridades locales. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la construcción de un municipio más transparente y participativo. Los ciudadanos deben involucrarse, hacer preguntas y exigir respuestas. La cultura de la participación no se genera de la noche a la mañana, requiere un esfuerzo conjunto y sostenido.
La educación cívica también juega un papel crucial en este proceso. Los jóvenes, en particular, deben ser formados no sólo como votantes, sino como ciudadanos activos que entienden sus derechos y responsabilidades. Solo así se podrá cultivar una cultura de participación que perdure en el tiempo.
Un futuro en nuestras manos
En definitiva, para recuperar la confianza de los ciudadanos y fomentar un compromiso cívico genuino, se debe adoptar la transparencia como eje central de la gestión. Los ciudadanos no sólo deben ser informados, también deben ser participantes activos en la creación de políticas que les afecten. Es un desafío que requiere valentía, pero también una oportunidad para construir un futuro más prometedor, donde la política y la ciudadanía vayan de la mano. Es hora de que Canarias avance hacia una gobernanza donde la voz del ciudadano sea escuchada y valorada en cada decisión.
Cosme Vega es responsable de Política y Estrategia de Drago Gran Canaria






























MMelián | Jueves, 03 de Octubre de 2024 a las 19:42:52 horas
La transparencia y la participación son las asignaturas pendientes de esta democracia nuestra que no termina de madurar. Se han convertido en "Las Marías", mandato tras mandato, a pesar de la normativa vigente que parece no importar mucho. Algunos, dependiendo del bando de la bancada asignado por la urnas, unas veces piden su implantación y otras la niegan o la demoran. Lo triste es que el común ignora de que va y lo importante que es para una democracia que se precie, y se ignora porque quienes deben darla a conocer y propiciarla no lo hacen.
Tengo la esperanza puesta en que, por estos lares, el "Pentapartito" cumpla con su compromiso y no se alargue hasta el olvido acostumbrado.
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