
Se inicio en el oficio de carpintero a los 14 años, no quería estudiar y su padre le dijo que había que buscar trabajo. Lo despertó por la mañana y por la tarde llegó a su casa, diciendo que ya tenía trabajo en una carpintería.
Antes te obligaban a trabajar si no querías estudiar. La pobreza empujaba a los hijos a trabajar para mantener la casa. Su primer sueldo fue de 300 de las antiguas pesetas. Las maderas que se trabajaba en aquella época era la riga, bitacola, roble… La más usual era la riga americana y la riga de Honduras.
Manifiesta que, para ser un buen carpintero, lo más importante es tener ganas. Para entrar en una carpintería, ésta debe entrar en la persona que quiera trabajar en ella. Se aprende de los más veteranos, Juan no estudio, su saber lo fue adquiriendo fijándose en los carpinteros veteranos hasta que se fue forjando su oficio. Con lo que se cobra se vive, no para tener lujos, pero si para mantener a una familia bien.
Cada día hay menos carpinteros y menos carpinterías, da la impresión de que nadie o la juventud no desea aprender este oficio. La juventud hoy no va a las carpinterías a pedir trabajo y cuando los mayores se vayan retirando por la jubilación no hay mano de obra y las carpinterías tienen que cerrar. Manifiesta que antes en Gáldar habían más de 100 carpinterías, pero hoy no llegan a seis. Las instituciones no se han preocupado de fomentar esta profesión y así es como se van perdiendo. Se pueden recuperar dando cursos, en formación profesional enseñar y titular a jóvenes para lograrse un futuro.
Lo que hay hoy son montadores, compran una cocina, uno dormitorio un mueble y ellos lo colocan. El carpintero que es carpintero, lo trabaja en las máquinas, compra la madera y hacen los muebles, más durabilidad y garantía.
La puerta que hace un carpintero dura casi toda la vida si se cuida, los muebles de montar solo duran unos años. Este oficio es trabajar la madera, se tarda más, pero se ve la calidad y la garantía. Hay gente mayor que tienen aún las alcobas talladas en perfecto estado. Las carpinterías de aluminio no perjudican tanto las de madera, si hay quitado algo de trabajo, pero la mayor parte son los frontis, laparte interior sigue en su mayoría siendo de madera.
Piensa que es interesante y necesario recuperar profesiones que se están perdiendo, mecánicos, fontaneros, tallistas, torneros… que son los que logran el arte de la belleza de la madera, se debería volver para mantener nuestras tradiciones en materia laboral. Sigue escaseando torneros, tallistas, herreros, panaderos… Sobretodo no perder la tradición.
Para hacer una puerta se puede tardar 2 o 3 días. Todos los trabajos tienen un riesgo en la carpintería, los dedos son parte débil de los profesionales. Por eso cuando se trabaja en las máquinas hay que estar concentrado y no despistarse. Antes todo era manual, cuenta que lijó lo que no está escrito y se le pelaban los dedos, estuvo años lijando. Hay muchas herramientas y todas son importante, la ventaja son las máquinas que adelantan mucho al trabajo, herramientas hay una variedad de ellas, antes el pegamento se hacía en un bidón.
El peor enemigo de la madera era la carcoma, es como un bicho que entra en la madera, se tratan con gasoil.
Las manos del carpintero, las herramientas más valiosa en esta profesión. Es un oficio bonito, pero hay que gustarle. La tea era una madera dura pero ya en periodo de extinción.
Ha compartido este oficio con la práctica de otra actividad, el fútbol, era su pasión, una distracción de la que disfrutaba. Lo hacía a gusto y con sacrificio jugando hasta los 55 años.
El fútbol era una actividad diferente al trabajo, si puede decir, que en aquel tiempo había dinero y llegó a cobrar más que trabajando en el mismo mes. Antes había mucha afición y la gente hacían cola para comprar las entradas para ver el fútbol.
A continuación se ofrece el video completo de la entrevista.
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