
Yo no sé si he leído una especie de “memorias literarias” o una novela llena de personajes reales que en la vida de Ignacio Martínez de Pisón han significado.
Lo que sí podemos sostener claramente a nuestros veinte lectores es que el escritor tiene la facultad innata de contar. Y, además de seleccionar personajes y hechos relevantes en su vida, sabe relatar perfectamente y, a la vez, mantiene al lector ensimismado entre las líneas de su, de momento, última obra: Ropa de casa, Seix Barral, Barcelona, 2024.
En ella desgrana una parte importante de su vida en la que su familia, siempre presente, y sus amigos, escritores y profesores, o no, cobran vida permanente desde el recuerdo de unos hechos y de unos momentos que en la existencia de Ignacio Martínez de Pisón fueron claves en su evolución personal y literaria. Por eso los trata bien y los respeta. Y lo que cuenta no es más que la vida cotidiana de una persona nada engreída, nada pretenciosa: mantiene su ego a distancia prudencial. Así logra alcanzar la perfección de narrar, pues, a veces, sentimos la necesidad de preguntarnos por qué no profundizó más en esa idea que tanto nos entusiasmó. Tres ciudades resultan claves en su recorrido: Logroño, Zaragoza y Barcelona.
En cualquier caso, esta obra es un remanso de paz donde la quietud adquiere el significado de un gran paso, en la que la España de Franco y la de la Transición posterior se sustancian debidamente. Y lo hace y consigue el autor desde el recuerdo, donde siempre hay vida y deseo y pasiones y tantos otros elementos que sirven para conformar una existencia.
En el texto, el autor emplea en tres ocasiones, la expresión “muchos años después” para referirse a un futuro del pasado. Espero que ustedes, apasionados lectores, sepan valorarlo mejor que yo y en su justa medida. Es una muestra clara del autor que sabe decir y dice bien. No sé si es una referencia o reconocimiento a escritores sudamericanos o no (“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”, García Márquez, Cien años de soledad): da igual; aquí adquieren esas oraciones vivencias notorias y referencias imprescindibles. Pero no me hagan mucho caso: es manía de lector empedernido que se tropieza continuamente con las palabras, nada más. Los dos primeros “muchos años después” aluden a circunstancias familiares y solo el tercero resulta ajeno a su entorno, pero no por ello menos deseado y primordial.
A mí la obra me ha gustado. Y mucho. Sirvió como paréntesis de otra de mayor extensión. Sin embargo, ese paréntesis pasó a primer plano apenas iniciada su lectura: es Ignacio Martínez de Pisón un escritor consolidado. Y tengo para mí que lo ha conseguido desde la tranquilidad callada y trabajada. Que indica toda una manera de ser y estar.
Juan FERRERA GIL






























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.121