LA BRISA DE LA BAHÍA (197). Ropa de casa, de Ignacio Martínez de Pisón

"...esta obra es un remanso de paz donde la quietud adquiere el significado de un gran paso, en la que la España de Franco y la de la Transición posterior se sustancian debidamente..."

Juan Ferrera Gil Lunes, 23 de Septiembre de 2024 Tiempo de lectura:

Yo no sé si he leído una especie de “memorias literarias” o una novela llena de personajes reales que en la vida de Ignacio Martínez de Pisón han significado.

 

Lo que sí podemos sostener claramente a nuestros veinte lectores es que el escritor tiene la facultad innata de contar. Y, además de seleccionar personajes y hechos relevantes en su vida, sabe relatar perfectamente y, a la vez, mantiene al lector ensimismado entre las líneas de su, de momento, última obra: Ropa de casa, Seix Barral, Barcelona, 2024.

 

En ella desgrana una parte importante de su vida en la que su familia, siempre presente, y sus amigos, escritores y profesores, o no, cobran vida permanente desde el recuerdo de unos hechos y de unos momentos que en la existencia de Ignacio Martínez de Pisón fueron claves en su evolución personal y literaria. Por eso los trata bien y los respeta. Y lo que cuenta no es más que la vida cotidiana de una persona nada engreída, nada pretenciosa: mantiene su ego a distancia prudencial. Así logra alcanzar la perfección de narrar, pues, a veces, sentimos la necesidad de preguntarnos por qué no profundizó más en esa idea que tanto nos entusiasmó. Tres ciudades resultan claves en su recorrido: Logroño, Zaragoza y Barcelona.

 

En cualquier caso, esta obra es un remanso de paz donde la quietud adquiere el significado de un gran paso, en la que la España de Franco y la de la Transición posterior se sustancian debidamente. Y lo hace y consigue el autor desde el recuerdo, donde siempre hay vida y deseo y pasiones y tantos otros elementos que sirven para conformar una existencia.

 

En el texto, el autor emplea en tres ocasiones, la expresión “muchos años después” para referirse a un futuro del pasado. Espero que ustedes, apasionados lectores, sepan valorarlo mejor que yo y en su justa medida. Es una muestra clara del autor que sabe decir y dice bien. No sé si es una referencia o reconocimiento a escritores sudamericanos o no (“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”, García Márquez, Cien años de soledad): da igual; aquí adquieren esas oraciones vivencias notorias y referencias imprescindibles. Pero no me hagan mucho caso: es manía de lector empedernido que se tropieza continuamente con las palabras, nada más. Los dos primeros “muchos años después” aluden a circunstancias familiares y solo el tercero resulta ajeno a su entorno, pero no por ello menos deseado y primordial.

 

A mí la obra me ha gustado. Y mucho. Sirvió como paréntesis de otra de mayor extensión. Sin embargo, ese paréntesis pasó a primer plano apenas iniciada su lectura: es Ignacio Martínez de Pisón un escritor consolidado. Y tengo para mí que lo ha conseguido desde la tranquilidad callada y trabajada. Que indica toda una manera de ser y estar.

 

Juan FERRERA GIL

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