Los vestigios de la dictadura franquista en la capital grancanaria tienen los días contados. A la decisión de cambiar el nombre de cuatro calles, adoptada esta semana, se suma ahora el expediente para retirar los dos reconocimientos que Las Palmas de Gran Canaria concedió en vida a Francisco Franco Bahamonde: el nombramiento como hijo adoptivo y la medalla de oro. Nunca es tarde para cumplir con la ley, y ese cumplimiento de la legalidad vigente se debe extender a otros municipios isleños, que en este tema, se hacen los suecos.































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