Fiestas populares

Las Marías de Teror. Las fiestas del Dulce Nombre

El Día de las Marías en Teror, una celebración de apariencia sencilla entre tanto acto solemne; pero de una profunda emotividad y una historia digna de conocerse.

Redacción Sábado, 14 de Septiembre de 2024 Tiempo de lectura:
DÍA DE LAS MARÍAS 1987DÍA DE LAS MARÍAS 1987

Al celebrarse el 8 de septiembre la onomástica del nacimiento de la Virgen, la Natividad, a los ocho días de dicha fecha se conmemoraba el que se hubiese impuesto el nombre de María con la celebración de las fiestas del Dulce Nombre de María. La Fiesta de las Marías como era popularmente conocida.

 

España fue la primera en solicitar y obtener de la Santa Sede autorización para celebrarla cuando en 1513 el papa León X Concede a la catedral de Cuenca dedicar una capilla con ese título.

 

Después de algunos cambios en su ubicación, San Pío X la volvió a poner el 12 de septiembre ya que ese mismo día en 1683 el papa Inocencio XI así lo había declarado para perpetuar la victoria que los austriacos y polacos, mandados por Juan Sobieski, consiguieron contra los turcos en Viena. Por ello, en agradecimiento a la Madre de Dios Inocencio mandó que se celebrase en toda la Iglesia la fiesta litúrgica del Santo Nombre de María coincidiendo con la misma.

 

La hora histórica de la batalla definitiva de Viena sonó al alborear el límpido sol del día 12 de septiembre” tal como pronunció Pío XII en el radiomensaje con motivo de la beatificación de Inocencio XI.

 

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En Teror, se celebraban en estas fiestas, como las Fiestas Patronales de la Villa; y como el Vaticano autoriza celebrarla en la infraoctava -el primer domingo en los primeros seis días de la octava- puede suceder el que se lleven a cabo seguidas como ha ocurrido en algunas ocasiones.

 

Asimismo, en varias ocasiones en los dos últimos siglos, ha servido para reubicar las fechas de la novena para que coincidieran con determinadas fechas por decisión episcopal. Así, en septiembre de 1871, el obispo José María Urquinaona y Bidot determinó que la novena comenzase el sábado 9 de septiembre -víspera del Dulce Nombre de María- para que concluyese el domingo 17 y en él se diera la Sagrada Comunión con mayor comodidad de los fieles; celebrándose asimismo una fiesta de acción de gracias por el beneficio de la lluvia obtenida por la mediación de la Virgen del Pino, invocada a su iniciativa por el pueblo asistente en novena de rogativas. O en 1914, año de la concesión del Patronazgo sobre la Diócesis de Canarias, en el que la novena comenzó el cinco para que culminase el domingo 13, en el que Las Marías tuvo una solemne función y panegírico, a la que asistió el obispo Marquina, para así dar más relevancia a la Fiesta de las Marías de aquel año y culminar con ello las celebraciones del Patronazgo.

 

Esta fiesta comenzó por ello como la verdadera fiesta del Pino para los vecinos de Teror, que el 8 de septiembre no podían mostrar a su patrona las manifestaciones de su fervor con el aspecto destacado que se anhelaba. Ello sí se podía hacer a la semana siguiente, el día de las Marías.

 

Durante siglos así ha sido; sobre todo en el siglo XIX donde encontramos programas de actos para el mes de septiembre en Teror, donde se destacan “la función en la iglesia parroquial del pueblo de Teror por el Nombre de María” el 14 de septiembre de 1861, o cinco años más tarde cuando el programa refiere que el 9 de septiembre de 1866 tuvo lugar “la función que lodos los años se dedica al Dulce Nombre de María, hallándose el panegírico a cargo de don Diego Álvarez, beneficiado de esta Catedral”

 

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Tal como lo describiera hace ya medio siglo el terorense Sebastián Sarmiento con el paso de los años “esta fiesta fue adquiriendo cada día más prestigio y calidad. Era una fiesta íntima, muy de Teror. Apenas si llegaban extraños. Era la fiesta de todos los del pueblo. Era el día en que las mozas se engalanaban y se arreglaban y salían al paseo. Era el día del clásico paseo y música en que todos procuraban estrenar algo nuevo en el atuendo. Este paseo se llevaba a cabo en las calles centrales de la Villa, pero de un modo especial en la Alameda. También es la fiesta de los rezagados. De los que por cualquier razón no pudieron asistir. Entonces multitud de peregrinos lo dejaban para venir a Teror en el Día de las Marías. Eran los vulgarmente llamados “amaguados”, de los retardados. Hasta tal punto que se solía decir: “Si no voy hoy lo dejo para las Marías”. De este modo comenzó a ser multitudinario y perder la intimidad y colorido local”

 

Juan del Rio Ayala en su pregón de 1951 también lo afirmaba que cuando culminaban los honores oficiales podía decirse que terminaba la gran romería de la isla “aunque no la fiesta de la Villa, que sigue latente en los terorenses deseosos de honrar a su madre de forma más íntima, con la que pudiéramos llamar solemnidad doméstica del Día de Las Marías”

 

Ese paso de los años y transformación de un día festivo, pero a la vez muy de pueblo, íntimo, entrañable y familiar; en una jornada cargada de eventos se produjo poco a poco a lo largo de la primera mitad del pasado siglo. Siempre fue un día rico en la parte religiosa con panegírico, funciones, coro, misas rezadas, misas a toda orquesta, asistencia episcopal y sermones a cargos de los más eruditos oradores de la isla, como el canónigo terorense Miguel Suárez Miranda, Santiago Cazorla León o el vicario de Escaleritas, José Rodríguez y Rodríguez.

 

La parte festiva y callejera también estuvo bien nutrida de representaciones teatrales, bailes en La Alameda o los famosos que la colonia veraniega organizaba en el Pabellón Cinema con actuaciones musicales de grupos como la Orquesta Radio-Estudio y servicio de bar correspondiente.

 

Entrañables, repito y hechas casi exprofeso para los de Teror.

 

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LA CUSTODIA DE PURA BASCARÁN Y EL DÍA DE LAS MARÍAS

 

María de la Purificación Bascarán y Reyna nació en Madrid, hija de José de Bascaran y Federic, General de División y Ayudante de Campo de Su Majestad el Rey Alfonso XIII, y de Enriqueta Reyna. El 21 de junio de 1915, en la iglesia de la Concepción de Madrid, contrajo matrimonio con el canario Sixto del Castillo y Manrique de Lara, uno de los hijos de Adán del Castillo y Dolores Manrique de Lara, dueños del Cortijo de Osorio. El matrimonio se instaló en la ciudad de Las Palmas. A partir de entonces, Pura Bascarán, como era conocida, se implicó plenamente en la vida social del archipiélago; donde ocupó durante décadas la Presidencia de Honor de la Cruz Roja Española y realizó innumerables obras de beneficencia, ligadas todas ellas a la Iglesia de las islas.

 

Tuvo siempre una peculiar e íntima relación con la Virgen del Pino y Teror, donde habitaba en su residencia de la Calle de la Herrería, y tuvo como director espiritual a Monseñor Socorro Lantigua.

 

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Su esposo falleció el 8 de agosto de 1941 y al año siguiente ella reunió todas las joyas de la pareja (incluidas las que les regalaron los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, sus padrinos de boda) y mandó a hacer con ellas, la hermosa custodia de estilo renacentista fabricada en los talleres del sacerdote señor Granda en Madrid el año 1942.

 

En junio llegó a Teror y fue utilizada por primera vez el 21 de septiembre del 1942, Día de Las Marías.

 

Esta custodia fue uno de los objetos de mayor valor material robados en 1975 a la Patrona de la Diócesis.

 

Pura Bascarán falleció en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de noviembre de 1969. Dejó como heredero de todos sus cuantiosos bienes al Obispado de Canarias.

 

El consistorio de la Villa Mariana, considerando esta unión con Teror, sus donaciones y actos caritativos, decidió nominar en su honor una calle, situada en el populoso Barrio del Pino del municipio terorense.

 

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NUESTRA SEÑORA DEL PINO, PATRONA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LAS PALMAS

 

José Miguel Alzola en su “Historia del Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas de Gran Canaria”, editado en 1966, afirma que el deseo de los abogados de Las Palmas de constituirse en Colegio debió ser la anhelada meta por la que trabajaron y lucharon durante largos años, hasta alcanzarla en 1766. La Real Cédula dada en Madrid por Carlos III, el 14 de abril de 1766, sería el origen de dicho Colegio y éste designaría como su Patrona a la Virgen del Pino por lo que durante mucho tiempo en Las Palmas y luego en Teror, la presencia de su Corporación, su presidente, decano y últimos miembros colegiados vinieron a transformarse por vía en la que ahora ahondaremos en uno más de los elementos que han ido definiendo las Fiestas del Pino desde el siglo XX; y en este caso, del propio Día de las Marías.

 

Tal como afirmara hace años el sacerdote Florencio Rodríguez los ilustres abogados con sus togas, geométricos bonetillos y más atuendos, tomando asiento en el centro de la Basílica y presididos por su decano dan realce con su presencia la celebración, dando la impresión de una rara y solemne clerecía.

 

Con anterioridad a esta fecha y ya desde 1763 se recoge que “hauiéndose nombrado a el Decano de la citada Real Audiencia y juntándose mis partes en su casa el día nuebe de diciembre de mil setecientos sesenta y tres, a presencia de un Escrivano de Cámara de ella, se leyeron los mencionados Estatutos y constituciones que rubricó en todas sus fojas el propio Escribano de Cámara, según se acredita de ellas mismas y del testimonio que igualmente presento”

 

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Y en este documento, los incipientes colegiados declararon que atendiendo a su salud espiritual como primer objeto y medio seguro para felicitarse también en lo temporal, se establecía ante todas las cosas por los presentes y los que hubieren de incorporarse en el Colegio, la cordial devoción hacia María Santísima Nuestra Señora con el Título del Pino, a quien elegían por Patrona y Abogada y que habían de tributarle los posibles cultos, que en aquel momento y en un futuro inmediato le harían su Festividad en el Monasterio de San Bernardo de Las Palmas el día ocho de septiembre.

 

La devoción, el patronazgo y sus manifestaciones religiosas se hicieron por parte del Colegio de Abogados con los lógicos cambios que temas como la desamortización la otra, en la iglesia del convento dominico de San Pedro Mártir.

 

En la actualidad, el Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas recoge en su artículo 6º de los Estatutos para el Régimen y Gobierno del mismo; que trata el apartado de “Historia y tradiciones”, que el mismo “se considera heredero de la trayectoria centenaria de la Corporación desde su creación hasta el presente, asumiendo el respeto por las costumbres y tradiciones acuñadas durante tan dilatado período de existencia, tales como el Patronazgo de la Santísima Virgen del Pino y la participación institucional en su festividad o en cualquier otra preexistente”

 

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Esa participación institucional celebrada durante casi dos siglos en la ciudad de Las Palmas, se trasladó a la Villa en 1954.

 

El 12 de septiembre de aquel año y en la luminosa mañana de Las Marías asistió por primera vez a esta fiesta una representación corporativa de los letrados de la isla y toda la directiva que presidía su Decano Matías Vega Guerra; el Diputado primero Carlos Ramírez Suárez y el alcalde de Teror, José Hernández Jiménez.

 

El día cerró con un vespertino concierto de bandas y rondallas y la quema de los tradicionales fuegos de las Marías.

 

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Y así quedó institucionalizada desde aquel año la asistencia de la representación de los Abogados en la mañana de las Marías y la fiesta comenzó a solemnizarse y a perder poco a poco aquella espontaneidad y casi rusticidad que tuvo durante más de un siglo y que la determinaba por completo.

 

La peculiar relación de José Hernández con Matías Vega -alcalde y presidente del Cabildo en un momento en que las Fiestas del Pino comenzaban a resurgir con fuerza- la relación de los dos con el mundo de la abogacía y en concreto con el Colegio, el interés mostrado por Carlos Ramírez, hicieron que se produjera esta innovación en el programa de actos del Día del Dulce Nombre.

 

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LA PRIMERA PROCESIÓN NOCTURNA DE LA VIRGEN DEL PINO

 

Hace cincuenta años, del 27 al 31 de mayo de 1974, se celebró en Gran Canaria la “II Semana de Mariología” con actos en la Villa y en Las Palmas de con el siguiente programa de inicio:

 

  • La preparación litúrgica, en la Basílica de Nuestra Señora del Pino, el día 26, a las veinte horas, con misa y homilía por el obispo José Antonio Infantes Florido.

  • El día 27 en la propia basílica, intervendría Jesús Garay, presidente nacional de la Unión Apostólica y delegado diocesano del Clero y de la Legión de María de Bilbao.

  • El día 27 tuvo lugar la apertura solemne en la Catedral Basílica con concierto por la Coral “Regina Coelí”, seguida de la liturgia de la Palabra y presentación de la Semana por Infantes Florido. A continuación, discurso de apertura sobre el tema “La Virgen y la Iglesia”, por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón.

 

Para clausurar la Semana, se bajó la Virgen del Pino desde su Camarín, vestida con el Manto Blanco, recién restaurado.

 

Y la noche del 31 de mayo de 1974 se celebró una solemne misa de pontifical, tras la que salió la Virgen en procesión por la calle principal, ya que las obras de remodelación y pavimentación de la Plaza de Teror impedían el recorrido alrededor de la Basílica del que se había llegado a hablar.

 

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Presidió los actos de clausura el arzobispo de Sevilla y ofició la misa, el cardenal Bueno Monreal, acompañado de Infantes Florido.

 

Tras la procesión, predecesora de la primera de las Marías, en el templose entonaron el “Salve Regina” y el “Himno a la Virgen María”. El 1 de junio por la tarde, se subió nuevamente al Camarín.

 

Meses después, el Día de las Marías tuvo un imprevisto añadido que desde entonces quedó ligado al mismo. En el atardecer del 15 de septiembre de 1974 tuvo lugar la primera procesión de Las Marías.

 

El 8 de septiembre, el obispo Infantes Florido había tratado en su homilía del proceso de restauración que se estaba llevando a cabo en aquel verano en la talla de la Virgen, de la intención de mostrarla sin las vestiduras y de cómo tasar el valor de sus joyas.

 

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Los días siguientes fueron de profunda consternación y de un creciente nerviosismo entre el pueblo de Teror, que si bien respetaban al obispo; querían contestación clara a algunos temas con los que no estaban de acuerdo.

 

El 13 de septiembre, un enfrentamiento entre los vecinos y el clero y obispo marcó durante las semanas siguientes.

 

Dos días más tarde se celebró la primera Procesión del Día de las Marías, sin estar programada.

 

Era lógico que muchos vieran en ello, un intento por parte del obispo y algunos sacerdotes de querer congraciarse con los feligreses, tras el fortísimo impacto de lo anunciado el Día del Pino.

 

A media mañana, Francisco Hidalgo, Arcipreste de la Catedral celebró la función, presidida por el Muy Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas que venía a rendir homenaje a su Patrona, Nuestra Señora del Pino.

 

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En la tarde de aquel 15 de septiembre de 1974, Infantes Florido celebró la Santa Misa, predicó la Novena y la imagen de la Virgen salió por primera vez por la calle principal de la Villa, por la misma razón que lo hiciera al cierre de la Semana Mariológica.

 

Eusebio García Delgado, párroco de Nuestra Señora de las Nieves en el barrio terorense de El Palmar escribió que “se le quiso dar como expresión de homenaje del pueblo de Teror a su patrona. Pero no presenciaba el acto sólo el pueblo de Teror. Había mucha gente de toda la isla. Muchos vivas a la Virgen nacidos de una devoción y un fervor limpios y de un deseo reprimido de reparar posibles ofensas a la Virgen querida. En el ambiente sólo había una idea: el triunfo real de la Madre de Dios sobre el corazón de todo hijo bien nacido, de todo canario orgulloso de tener una Madre tan grande y maravillosa”

 

Al entrar la Virgen, comenzó a llover.

 

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En 1975, la procesión sí apareció en el Programa del Pino, en el que se anunciaba para el 14 de septiembre.

 

A las 8 de la tarde, Solemne Misa de Pontifical que predicará el Eminentísimo Sr. Cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón, con asistencia de las Autoridades Locales. Finalizada la misa, procesión de la Milagrosa Imagen de Ntra. Sra. del Pino por la calle principal de esta Villa”

 

Y así permaneció hasta que en las Fiestas del Pino del pasado año, se decidió por parte de la parroquia recuperar parte del recorrido instaurado en 1790 y que se había modificado en el año 2015.

 

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Por cuestiones de seguridad, no pudo realizarse dicho recorrido tal como se hacía antiguamente y la procesión del Día de las Marías se realizó por detrás del Palacio Episcopal para por la calle de la Casa Huerta y la Obispo Marquina retornar a la Plaza de Nuestra Señora del Pino.

 

El Día de las Marías en Teror, una celebración de apariencia sencilla entre tanto acto solemne; pero de una profunda emotividad y una historia digna de conocerse.

 

José Luis Yánez Rodríguez

Cronista Oficial de Teror

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