Fiestas populares

Un Charco en familia para disfrutar en La Aldea (fotos y vídeo)

Y entre ráfaga y ráfaga, la Banda de Agaete comenzó a tocar en el puente, iniciando el baile hacia el muelle, y en ese primer instante, Luci volvió a alzar su cesta al cielo

Redacción Jueves, 12 de Septiembre de 2024 Tiempo de lectura:

 

Corría el viento como queriendo arrasar las ganas festivas de La Aldea, este once de septiembre, abajo en la Playa, pero el casi vendaval no pudo con la cita anual con el charco.


Y entre ráfaga y ráfaga, la Banda de Agaete comenzó a tocar en el puente, iniciando el baile hacia el muelle, y en ese primer instante, Luci volvió a alzar su cesta al cielo, prometiendo que iba a ser un día vivido y querido, y así lo fue, en compañía de la querida sobrina nieta.

 

 

Y a pesar de que la mamá estaba trabajando, Valería y Martina, disfrutaron con el padre de este día, y sobre todo al final, el abuelo Esteban cortó la mortadela para saborear la especial merienda en el parque Rubén Díaz.


Desde Telde llegó la familia Martel, que siempre hacen todo lo posible para pasar el once de septiembre en la playa de La Aldea.

 

 

Y casi al completo, reuniendo a tres generaciones, Los García, en sus camisetas, anunciaban orgullosos que se iban para El Charco.


Atrás no se quedaron los González Mayor, con esas raíces en Tasartico, y que por madrugar el cuñado, consiguieron dos mesas, dispuestas para compartir, como bien decía Macu, si hacía falta, y como pago, una cerveza.

 

 

Se disfrutó de largas conversaciones y de los reencuentros queridos, mientras la tarde avanzaba y se refrescaba el cuerpo un rato entre los pinos.


Sonó la música reuniendo al gentío para llevarlos hasta la raya, esperando ese volador que da el permiso para remojarse en la vida.

 

 

Y Paquita no se quedó sin tirarse al charco, ya que aunque la amiga de siempre no pudo venir,, contó con su nieto Hugo, al que vistió con la ropa del abuelo y un sombrero que ya tiene 120 años. Y abuela y nieto, salieron de las aguas, con la felicidad plena reflejada en sus caras.


Y en la pesa del concurso lisas de este año, Lile echaba unas risas, porque con ella estaba la nieta querida.

 


Volvió a vivirse este once de septiembre, en la playa de La Aldea, en familia, con amigos, y con el remojón obligado, a las cinco de la tarde, en El Charco.

 

01 Galería fotográfica en este enlace

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02 Galería fotográfica en este enlace

(Infonortedigital - Marcial González Medina)

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