PORTADA DE “LOS LABRADORES DE VALLESECO CANTAN A SU TIERRA” (1979)“Gran Canaria se engalana
con queso, manzana y flores
y celebra el medio siglo
del grupo Los Labradores”
Al igual que otros grupos folclóricos -muchos de los que surgieron en la década de los setenta-, Los Labradores tuvieron su primera presentación pública, no en su pueblo de origen, sino en la tarde festiva y pletórica de tradiciones de la Víspera del Pino, en Teror.
Hace hoy medio siglo, el siete de septiembre de 1974, el municipio trajo hasta la Plaza del Pino una carreta que representaba un patio canario en el que unos jóvenes llevaban queso tierno y frangollo, en símbolo y representación de las tierras que ofrendaban a la Virgen del Pino.
Esos jóvenes eran “Los Labradores de Valleseco”
Habían tenido previamente a ellos meses de reuniones, ilusiones y organización del grupo que querían crear. De ello hablaran esta noche en su pregón. Lo cierto es que querían mostrar el resultado de aquellos trabajos previos en La Laguna, en la raya con Teror donde Francisco Pérez -Pacuco- había iniciado con ellos los primeros trabajos para consolidar lo que querían hacer con tanta inquietud por defender y difundir las tradiciones que sentían como profunda esencia de sus vidas y de su cultura. Francisco José Pérez Nuez, había nacido el 15 de diciembre de 1950, por lo que era un joven enseñando a otros de su misma edad. Desde chico se pudo apreciar ese ardor hacia los saberes tradicionales del campo canario a través de su expresión musical. Esa temprana afición lo llevaba -en espera de más afinado aparejo- a rascar un trozo de caña, haciendo que tocaba un instrumento…que no sonaba en sus manos precisamente a caña rajada. Su insistencia se mantuvo hasta que sus padres encargaron un timple al artesano Vicente Domínguez. Un timple que –y hasta en esto se aprecia su buen ser, su buena crianza- empezó a tocar con su propio padre Juan del Pino Pérez Henríquez y con su vecino Ricardo Reyes, hasta que con 14 años bajó veredas y carreteras hasta la Villa de Teror a seguir avanzando bajo la mano diestra y tajante de José Santana -Pepito Cocina- de conocido y también artístico linaje terorense, y con José Dávila.
Su pertenencia a grupos como Los Roneros o Piña Aterura iniciaron su frenética, imparable e incansable carrera en defensa de todas estas tradiciones musicales que tan adentro llevaba y que lo encauzaron con tan sólo 24 años ser el que dirigiera estos primeros pasos del nuevo grupo.
Los Labradores se nutrieron de esta forma con los saberes de Pepe Cocina, Candidito y las rondallas terorenses; además de los que muchas gentes de Zumacal, Monagas, etc., aportaron a sus raíces.
La presentación más oficial del grupo tendría lugar al mes siguiente, en las Fiestas de la Encarnación y la Manzana.
El viernes 4 de octubre de 1974, Santiago Santana pronunciaba el pregón de las mismas y se engalanaban calles y plazas.
Al día siguiente, el sábado 5 de octubre entre la misa y los fuegos, actuaban por primera vez Los Labradores en el pueblo que les daba nombre y les aportaba esencia y existencia. El domingo en la fiesta principal, tras la feria de ganado; la bendición de las manzanas y demás frutos, tuvo lugar la ofrenda, en la que actuaron nuevamente.
Eran, y así lo querían, como el propio pueblo: labradores, de tradición y valores y defendían lo más profundo de la canariedad; con regusto a taifa y a baile en las eras, de viejas mazurcas, sentidas folías y querenciosas malagueñas. Eran de campo…y a mucha honra.
![[Img #20942]](https://infonortedigital.com/upload/images/09_2024/3671_labradores03.jpeg)
A la vez que respetaban y difundían lo que constituía su esencia, se iban atreviendo con nuevos retos. El 18 de mayo de 1975, tras la función solemne en honor a San Vicente Ferrer oficiada por el Beneficiado de la Catedral natural de Valleseco, Abraham González; cantaron la Misa Canaria.
Nunca dejaron de cumplir con su pueblo de origen, pero comenzaron a ser llamados de todas partes: las fiestas de Cristo Rey en Los Tarahales; la Cabalgata de Reyes en el Casino de Teror; la Casa de la Cultura de Arucas; las Fiestas de San Antonio en Moya; las de El Palmar de Teror; las de la Cuevita en Artenara; las de El Palmital, San Bartolomé de Tirajana en un concurso que les dio un premio de treinta mil pesetas de hace casi medio siglo, Santa Lucía, Fontanales, San Ginés en Lanzarote,etc.
Hasta que en las Fiestas de San Pedro Mártir de abril de 1976, el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Patronato Provincial de Turismo quisieron realizar un evento para promocionar conjuntos y agrupaciones de folklore canario de todo el archipiélago: el “Primer Concurso de promoción de canciones y bailes típicos del folclore canario” que llenó por completo aquel mes de abril y dio satisfacción a los que esperaban un espectáculo de cultura de la tierra.
Celebrado en su fase final en el Parque Doramas, se puntuaba no sólo la vestimenta. Además, la interpretación de una serie de palos, que venían fijados en las bases, como la isa, folia, malagueña, aires de Lima, seguidillas, Santo Domingo, Arroró, Tanganillo, Tajaraste, Vivo, Polka, Sirinoque, Tango Herreño, Saltona, Pericón, La Berlina, etc.
Entretanto se celebraba el evento, Los Labradores participaban también en el evento del Gánigo de la Paz de Ansite. Era un no parar porque Canarias buscaba lo que Los Labradores ofrecían.
Empezando mayo, se celebraron las últimas jornadas del Concurso. El premio a la mejor letra original quedó desierto; el primer premio de Gran Canaria fue otorgado al Grupo de Ingenio; y Los Labradores vieron como a su solista más joven, el niño Alberto/Norberto Herrera de tan sólo cinco años, se le concedía una mención especial por sus altas cualidades como solista.
Norberto Herrera fallecería trágicamente en las playas del sur de la isla con tan sólo 23 años, el Viernes Santo 1 de abril de 1994; celebrándose el 29 de octubre de aquel mismo año el I Memorial en su honor. La malagueña “un viernes santo marchó” cantada aquella noche, alcanzó el cielo en su honor.
Los Labradores siguieron la década siguiente con mucha honra y los vaivenes con apariciones y ausencias, lógicos en las agrupaciones culturales y las distintas visiones de los que las integren. A partir del año 2010 iniciaron una última fase de fortísima implantación, tanto en su propio pueblo como en todo el archipiélago y actuaciones en el extranjero. Por eso, en aquellos primeros años comenzaron a pensar en lo que querían todos los grupos: grabar un LP que recogiera y diera mayor relevancia a su trabajo; un disco con canciones originales de sus miembros y otras “sacadas de sus andanzas por los. núcleos más apartados de los barrios de pueblo natal”, lugares donde no llegaban ni los coches y numerosos ancianos eran portadores y conocedores del auténtico folklore canario, porque tal como afirmaba Pacuco Pérez por entonces lo verdaderamente interesante es buscar el folklore en su fuente y de la boca de sus conocedores y portadores.
De toda aquella labor surgió a fines de 1979 un peculiar e interesante trabajo discográfico: “Los Labradores de Valleseco cantan a su tierra”
Todas las canciones del disco eran nuevas y entre los autores se encontraban los componentes del grupo Antonio Rodríguez, el alcalde y cronista de Valleseco Nicolás Sánchez, el propio Pacuco Pérez más una del genial Juan Alberto Monzón. Dos bandurrias, dos laúdes, dos timples, contrabajo, pandero, triángulo, bombo y ocho guitarras fundamentaban la maravilla de sus actuaciones y la extraordinaria grabación, que regaló una magnífica labor que nos ha quedado para nuestro futuro y para permanente orgullo no sólo para los integrantes del grupo, sino para todo Valleseco. Los temas Tejeda, la Isa del gofio, El pastor, las Seguidillas del Agua, la mazurca Entre montañas de Juan Alberto Monzón; las Folías de Tirajana, Seguidillas, los Aires de Lima de Valleseco, el vals Ven conmigo a la ciudad del propio Pacuco y la Mazurca Popular dieron aún mayor difusión al sensible y patrimonial trabajo de Los Labradores. Gracias a ello, las Cartas de Ajuste de la TVE tuvieron durante años como fondo recurrente las canciones de este disco.
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Y así se convirtieron casi sin buscarlo en referentes y eran llamados para todo. Homenajes a personajes públicos como el maestro Salvador León, la presentación oficial del club firguense de Lucha Canaria de Buen Lugar, la inauguración de la iluminación navideña de El Corte Inglés, o fiestas canarias en el Club Prensa Canaria y el Club Victoria.
Además, programas como Tenderete, Parranda o Taifa y Candil los tuvieron siempre como esos referentes y sus apariciones públicas eran seguro de prestancia y tradición. Por ello, por ese saber hacer, cuando le pidieron a don Faustino Alonso – párroco de San Vicente Ferrer- tocar villancicos en la iglesia, dicen que contestó “Fandangueos y guitarreos dentro de la iglesia no” pero cambió rápidamente de opinión después de escucharlos, porque Los Labradores tienen lo que antes se llama “palabra de campo”, que asegura antes que nada su respeto por lo que hacen y donde lo hacen.
El homenaje a su primer director musical tuvo lugar en el Auditorio de Teror el 30 de noviembre de 2013 y tuve el honor de ser quien glosara la figura y obra del genial Pacuco y la de Los Labradores de Valleseco, grupo que siempre ha destacado entra las decenas que ha dirigido, y que al año siguiente celebraban sus cuarenta años de existencia. Personajes de nuestro folclore como Pedro Manuel Afonso, Abelardo García El Tormento, Pepe Afonso, Candelaria González, Virginia Rodríguez y Besay Pérez participaron en aquel emotivo recordatorio; celebrado en el Auditorio Dr. Juan Díaz Rodríguez de Valleseco.
Uno de sus distintivos más peculiares y respetados y con el que llegan casi sin cambios al medio siglo es su vestimenta. Tal como destacara el periodista Javier Bolaños, “no ha variado en estos 40 años de giras por los pueblos: cachorro negro, pantalón gris con camisa a rayas, chaleco con la muselina y el fajín negro”
En 2018 en su afán de demostrar permanentemente su respeto hacia la gente de la tierra canaria y queriendo “mantener y rescatar la historia de los pastores y el duro trabajo que conlleva” idearon un proyecto interactivo entre la música y lo visual para no olvidar una actividad que marcó la vida de los habitantes de las medianías durante generaciones: el pastoreo. Su homenaje a los pastores grancanarios es otra muestra del buen hacer hacia lo que nos define como pueblo.
Hoy, con todo mérito llegan a los pies de Nuestra Señora del Pino acompañando con la canción “Cuatro majoreros” de Néstor Álamo la representación de la Villa de Firgas, que llegará ante la Virgen cerrando la ofrenda.
Un cincuentenario, que será también un magnífico broche de oro para la Romería del Pino de este año.
José Luis Yánez Rodríguez
Cronista Oficial de Teror.































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