Foto: Juan FERRERA GILCuando John Lennon visitó el Museo Municipal de Arucas, en compañía de su mujer, Yoko Ono, no solo cambió las miradas de sitio, sino que sus anhelos se vieron cumplidos inmediatamente: le apetecía cantar cerca del Museo y pidió una cama y una guitarra.
El deseo fue rápidamente concedido y desde entonces su figura es motivo incluso de Navidad en el emblemático lugar: el milagro que ejercen algunas canciones es tan fuerte que no solo sobrepasan el tiempo, sino que su actualidad es tan permanente que sus notas aún resuenan en la ciudad toda.
Como ustedes bien saben la música es universal. Y la imaginación también.
Juan FERRERA GIL































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