Foto: Juan FERRERA GILEl artículo que suele encabezar el programa de las Fiestas Patronales de San Juan Bautista en Arucas se ha ido convirtiendo en una tradición que trata sobre diversos asuntos que atañen a la ciudad, sobre todo, desde el punto de vista histórico.
En la última edición, las calles de la ciudad ocuparon su espacio. Pero el artículo sobrevive porque los montajes fotográficos realizados, con amueblada cabeza y consolidado criterio, por Gustavo Martín (por cierto, unas imágenes tan pequeñas que deslucían su verdadero contenido y su elaborada trastienda) resultan agradables, serios y sinceros.
Antes, un dato: la escritora Irene Vallejo publicaba en EL PAÍS (domingo, 2 de junio de 2024) un interesante artículo titulado “El ágora de las ciudades errantes” y en él, entre otras cosas, se decía que “las calles son territorios de encuentro entre personas diversas”, según visión de Jane Jacobs en su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades”. Y añadía después: “La forma de entender calles, plazas y edificios no persigue solo la funcionalidad o la belleza. Ejerce una poderosa influencia en nuestra forma de sentir y pensar.” Lo que viene a confirmar que no estamos hablando de aspectos desconocidos, lejanos y raros, sino que las calles de cualquier ciudad, villa o pueblo son siempre muy significativas y ligadas van a los sentimientos de sus habitantes y a sus momentos y suelen encerrar, además, distintas formas de apreciar y vivir. No solo las señalan un nombre.
Pero volvamos al tema que nos ocupa: creemos, sinceramente, que debería haber prevalecido el debido y correcto trato a las fotografías que acompañaban el artículo: que las imágenes valen más que mil palabras es una verdad constatable. Y esta es una de ellas: la perspicacia, cuando no la agudeza, y el saber hacer del fotógrafo Gustavo Martín es toda una muestra de compromiso y lealtad, y seriedad, en lo que cree y considera.
![[Img #20794]](https://infonortedigital.com/upload/images/09_2024/3494_194-calles.jpg)
Y presenta una mirada distinta.
Y si alguno solo ve imágenes y nada más, debería acudir al especialista para que le enseñe a profundizar en su verdadero valor: difícil tarea, me temo. Y no debieran ser vistas como simples fotos que apoyan un texto: representan el auténtico valor de las calles aruquenses.
Solo dichas fotografías le devuelven la calidad y el empuje necesarios a todo el texto introductorio. Y eso responde a la profesionalidad y a la buena disposición de Gustavo Martín, que sabe lo que hace y que, además, sabe mirar: un don del que dispone desde el objetivo de su cámara. Es lo que tiene el ser un auténtico “maestro no endiosado”.
Gustavo Martín sabe moverse en todo tipo de arenas, algunas movedizas que dan vueltas por ahí hasta que regresan a su sitio, y su particular forma de ser no es solo una garantía de su excelente trabajo, sino que, además, es la confirmación necesaria y precisa de las cosas bien hechas. Por eso le dedicamos esta sección a una persona afable, que siempre saluda y que ejercita frecuentemente el criterio, en general, y, en particular, al tratar de imágenes y composiciones fotográficas. Por eso Gustavo Martín es un ejemplo claro de calidad y reposado juicio. Y como nadie le va a decir lo bueno que es, nosotros sí lo haremos: ¡es muy bueno en su labor! Único.
Y eso de por sí es una muestra clara de su intuitiva mirada, que siempre ve, como todo artista que se precie, lo que los demás ni siquiera llegamos a percibir, apreciar y a valorar en su justa medida.
Pues eso. Que se sepa.
Juan FERRERA GIL
































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