Fiestas populares

Las capillas domiciliarias en Barrial de Gáldar

volver a hacer actual esta piadosa costumbre y que la capillita de Nuestra Señora de los Desamparados vuelva a peregrinar por los hogares de Barrial

Fernando Rodríguez Suárez. Viernes, 16 de Agosto de 2024 Tiempo de lectura:

Las capillas domiciliarias fueron introducidas en Europa, América y Filipinas por las comunidades franciscanas en el siglo XV aproximadamente, como expresión de devoción popular.

 

Se trata en sí de una pequeña caja de madera en cuyo interior se expone la imagen de una virgen o un santo protegido por un cristal. Suele tener un frontón rematado por una cruz y dos puertecillas que se cierran con una aldaba. En la parte superior de la caja, un asa, y en su base, por medio de una ranura, se encuentra la hucha para las ofrendas de los fieles.

 

La finalidad de la capilla domiciliaria era y sigue siendo unir en la oración a la familia de las casas por donde ésta va pasando, potenciando la unidad y el acercamiento entre los vecinos. Al mismo tiempo, es una exaltación de las devociones locales hacia ciertas imágenes de fervor popular como pueden ser la Virgen del Carmen, de Fátima, la Milagrosa, María Auxiliadora, San Antonio, las Benditas Ánimas del Purgatorio, el Corazón de Jesús, etc. Y en nuestro barrio, la Virgen de los Desamparados como no podía ser menos.

 

Josefa Benítez Mendoza la había adquirido por promesa a finales de los años sesenta del pasado siglo XX. La imagen de la Virgen, réplica de la valenciana, fue realizada en los talleres de Olot. Se exponía adornada con dos jarritas plateadas y florecillas de tela. Fefita tenía la lista de las personas que querían recibir a la Virgen en su casa pudiendo permanecer en ella una noche, máximo dos. Ésta circulaba por todas las zonas del barrio: las Casas Baratas, García, La Sabina y Las Escalerillas. Era trasladada de casa en casa por los propios vecinos o personas autorizadas por su propietaria.

 

La urna se ponía en un lugar destacado dentro de los hogares con una vela o lamparita de aceite encendida. ¿Cuántas oraciones, peticiones, acciones de gracias y rosarios en familia habrá recibido ...?

 

Las monedas que se recogían en la hucha servían para comprar las Formas, el vino, algún misal, manteles y demás enseres que hacían falta para la celebración de la Santa Misa.

 

No estaría mal, evocando tiempos pasados, volver a hacer actual esta piadosa costumbre y que la capillita de Nuestra Señora de los Desamparados vuelva a peregrinar por los hogares de Barrial.

 

Fernando Rodríguez Suárez.

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