En la imagen D. Miguel Velázquez (con corbata) con la primera promoción de FP 1. (1979-1981)
Ayer falleció en Las Palmas de Gran Canaria Miguel Velázquez Sarmiento, el que fuera ultimo empresario, cosechero exportador de tomates de La Aldea, primer director del Instituto de Formación Profesional de este municipio, a la edad de 102 años. Esta tarde estaba prevista, en el Tanatorio de San Miguel, a las cuatro de la tarde, la misa de cuerpo presente.
Miguel Velázquez Sarmiento (1922-2024) llega a La Aldea siendo niño de corta edad, procedente de Tejeda, en los años veinte, con su larga familia como consecuencia de que su padre Manuel Velázquez Sarmiento entró como partícipe de la compra de la Hacienda Aldea de San Nicolás entonces en la fase más conflictiva del histórico Pleito de La Aldea.
A tal efecto, la familia Velázquez recibió por la participación en aquel consorcio parcelas de tierra en El Parral y en Castañeta que las explotaron directamente los hermanos mayores de Miguel, que fue enviado a estudiar a Las Palmas donde terminó la carrera de Profesor Mercantil en la antigua Escuela de Comercio.
En los años cincuenta, ya titulado regresa a La Aldea y trabaja en la administración de la empresa familiar gestionada con su hermano José, que logran un fuerte crecimiento con el cultivo y exportación del tomate hasta convertirse en una de las más importantes del municipio, gracias al momento favorable de los mercados europeos y las nuevas compras de tierras en las zonas de La Palmilla, La Hoya y La Punta, y a la perforación de pozos, construcción de estanques y presas y al trazado de una importante red de tuberías.
Miguelito Velázquez, como familiarmente se le conocía en La Aldea, con su sólida formación cultural y técnica destacó en la administración de esta empresa familiar del tipo, conocida entonces, como cosecheros-exportadores, de las que llegó a haber en el municipio unas cuarenta. Destacó en el plano personal como una persona muy cercana, humilde y de tranquilo carácter entre sus convecinos y trabajadores.
En la crisis de las sequias y de los mercados del tomate de los años sesenta, con la denominada revolución verde agrícola tiene lugar la implantación del cooperativismo en La Aldea. Y él organiza una cooperativa de exportadores de tomates denominada UNIEXPAL (Cooperativa Agrícola de Exportadores Aldeanos Unidos) concebida en una primera fase para la producción y empaquetado de tomates y con proyección futura para otros cultivos y explotación ganadera. El mismo Velázquez contaba la experiencia, en el libro Tomate y cooperativismo en La Aldea escrito por Jorge Pérez Artiles y Francisco Suarez Moreno (2022), lo siguiente: «Era una cooperativa distinta a las demás. Nosotros poníamos las tierras y las aguas (…). La cooperativa cultivaba las tierras, con la idea de lograr un producto uniforme de calidad y lo empaquetaba. Se comercializaba en Europa por medio de mis cuñados los Rodríguez. Pero los años venían muy mal de lluvias, la gestión empresarial no fue buena, algunos cooperados arrastraban deudas… Todo se juntó y se tuvo que disolver y la mayor parte de nosotros nos integramos en COPAISAN».
La empresa de los Velázquez quebró, como todas las de los cosecheros exportadores de tomates, incluido la del emporio de los Rodríguez Quintana. Pero a Miguel Velázquez le llegó otra oportunidad, en 1979, muy distinta a la de la gestión empresarial tomatera; la de poner en marcha, a propuesta del alcalde Celestino Suárez y de la directora territorial Ana Rosa Corrales, en unas aulas del proyecto RAM de Los Cardones un Instituto de Formación Profesional como sección delegada del centro de Guía, con las ramas de administración y electrónica.
Aquel proyecto educativo dirigido por el ilusionado profesor Velázquez tuvo éxito al generar, en pocos años, muchos profesionales de grado medio y superior hasta su conversión en 1982 como Instituto independiente. Y logra además un nuevo y amplio local, en el cual se integra el Instituto de Bachillerato hacia 1996, aunque ya Velázquez ya hacia unos años que disfrutaba de su jubilación.
En 2004 el mismo contaba su experiencia docente en el libro de Suárez Moreno El Colegio Libre Adoptado (págs. 141-150) del que extraemos este breve contenido, en el que se muestra satisfecho de haber participado en aquel proyecto educativo de formación profesional cuya diversificación de ramas incluso intentó en una rama que siempre deseó, la agrícola, muy enlazada a la economía del pueblo: «El centro se fue consolidando. Ya no recibíamos tantos alumnos con fracaso escolar, teníamos mejores medios y profesorado; los índices de suficiencia mejoraron y comenzamos a generar más titulados. Pero el mayor problema fue conseguir un nuevo edificio, sobre lo que luchamos, incluso hasta interviniendo en el diseño pues propusimos, y nos costó trabajo, modificaciones para conseguir un buen salón de actos e implantar otras ramas como la Agraria para diversificar la oferta. Y, ya la teníamos conseguida, incluso hasta una finca para las experiencias de cultivo pero… ¡se me matricularon nada más que siete!»
Sirvan estos testimonios de Miguel Velázquez de sus intentos por la innovación primero con el cultivo y gestión de los tomates, en la mediana del siglo XX y luego en la educación de la formación profesional de finales del siglo XX.
Miguel Velázquez, ya con edad muy avanzada solía verse por este pueblo siempre con salud y fortaleza, con sus saludos y atenciones a sus convecinos y con haber logrado una larga vida como la de pocos: 102 años cumplidos en mayo pasado.
Por último, InfonorteDigital.com, pretende con este breve obituario de una larga vida como la de don Miguel Velázquez Sarmiento, el reconocimiento a su labor profesional, a su saber estar y saber convivir en amistad. Nuestro pésame a sus nietos y sobrinos y a la comunidad educativa de La Aldea de San Nicolás.
































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