
Varias palomas picotean en el suelo migas de pan. Un hombre juega con sus tres hijos a la pelota. Visten uniforme del Barça. La fuente de agua está averiada y se sale el líquido. La pelota retumba en el suelo. Salpica de agua los rostros de los jugadores. Los niños sudan, corren, vuelven a sus posiciones y chutan…
Una anciana, sin dientes, vestida con traje negro y un carro de compra atiborrado de hierros, fuma un cigarrillo, se sienta en un banco, y contempla los árboles. Cuando la pelota se aproxima a sus piernas, abre los ojos, respira hondo y arruga los labios.
Las palomas vuelan a la altura de los balcones floridos. Le dan un pelotazo a la mujer. El niño, asustado, le pide perdón. La mujer se levanta y lo coge del pelo. Lo arrastra. El niño es rubio, de mejillas coloradas y labios finos. Mete la cabeza del niño bajo la fuente. El padre del niño grita «¡suéltalo!, ¡loca!, ¡maldita drogadicta!».
El niño llora. El hombre coge la pelota y le propina otro pelotazo a la anciana, en la cabeza. La mujer se desploma.
La anciana sostiene el cigarrillo en la boca, mojado, sus cabellos plateados brillan.
Llegan los Mossos d’Esquadra. La plaza se llena de curiosos. Acorralan el cuerpo, el agua esparce la sangre tibia por el asfalto, baja por la Rambla del Poblenou y se une a las olas del mar.
«¿Qué pasó?», «parece que le dieron un pelotazo a la vieja», «¿alguien lo vio?» Nadie responde. La mujer ha dejado de respirar. Retiran el cuerpo envuelto en sábanas blancas.
Las palomas aletean y cagan con fuerza, en las cabezas de la muchedumbre.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.218