LA BRISA DE LA BAHÍA (184). “Antes de que llegue el olvido”, de Anna Rodríguez Fischer

"...por eso “el olvido” no puede hacerse fuerte en una sociedad injusta, hambrienta y carente de entusiasmo por la Poesía."

Juan Ferrera Gil Lunes, 24 de Junio de 2024 Tiempo de lectura:

El libro Antes de que llegue el olvido, Ana Rodríguez Fischer, Siruela Nuevos Tiempos, Madrid, 2023, no solo me ha encantado, sino que me ha dejado con el paso cambiado.

 

La triple visión que la autora presenta (Ana, Marina y la Rusia estaliniana, tan llena de atropellos y asesinatos) ha servido para conocer esa etapa tan característica y personal de la Rusia de Stalin y de cómo el poder se muestra en contra de los escritores en general y de la Literatura en particular: los poetas, al paredón: al poder, sea el que sea, no le interesa la gente que escudriña la realidad, que piensa y opina. Y por eso este libro, entre otras cuestiones, me ha dejado traspuesto.

 

Bien es cierto que “el olvido llega en cualquier momento”, pero el deseo de la autora de “atraparlo antes o, al menos, intentarlo” sirve para que la vida florezca a pesar de todo, a pesar de la ingratitud de una revolución que se llevó por delante a miles de rusos, sobre todo, a aquellos de los que solo se tenían sospechas, sin pruebas, elucubraciones muchas veces inventadas que no llegaban a ninguna parte, de querer ir en contra del nuevo régimen. Al final, no queda nada de nada. Por eso este libro se convierte en un documento creíble, vital, en que dos mujeres toman las riendas de sus respectivas vidas, aunque sea para morir. ¡¡Dios mío, qué tristeza!!

 

Se nota que la autora es catedrática de Literatura Española. Y ello incide en una redacción correcta, sugerente, que sabe manejar los tiempos y que dice lo que quiere decir en cada momento. Parece que deja caer las cosas, los asuntos; sin embargo, es una forma, como otra cualquiera, de opinar y dejar las cosas meridianamente claras: una realidad que cambia, acogota y oprime al librepensador: de eso trata. Y la angustia que de él se desprende traspasa las líneas para situarse en la imaginación: por eso “el olvido” no puede hacerse fuerte en una sociedad injusta, hambrienta y carente de entusiasmo por la Poesía.

 

Al final, cambiando los esquemas, sucede lo mismo en otras partes del planeta: lo que denota que el ser humano no solo es único, sino también miedoso, idiota y tan particular que lleva consigo el deseo de ser superior a otros, a los que se impone para someterlos a su yugo, sea del signo que sea y se pronuncie una y mil veces al Ser Superior que dice acompañarlos: unos, por un lado, y otros, por el otro. Al poder, ostente quien lo ostente, no le interesa las personas que han hecho del criterio su vida, y menos aún, a aquellos que se han convertido en escritores, con lo que conlleva de “gente rara, que cuestiona todo y que sostiene el ir por libre”.

 

Cuando la Libertad se impone de una u otra manera, a base de fuerza, trastocando su verdadero sentido, viene a suceder que la sociedad no avanza, se enroca en dimes y diretes y así no hay forma de progresar; es más, retrocede a pasos agigantados y los nuevos “-ismos” dan otra vuelta por el mundo conocido y arrasan con casi todo. Y así no hay modo ni manera de construir una sociedad libre. Este espacio que ahora ocupamos, por ejemplo, este Club de Lectura, hace años era impensable: “¿qué harán unas personas solas hablando de libros? ¿A quién se le ha ocurrido semejante idea?” Pues así nos podemos ver en los tiempos venideros, si no aportamos parte de nuestro remedio, que es, modestamente, lo que podemos hacer: parece que la vida es avanzar un poco y retroceder mucho. Y vuelta a empezar. Y así nos va.

 

El libro nos deja el cuerpo frío; acaso como el invierno ruso, “donde el olvido se congela”.

 

*PD: dos días después de acabar el artículo, el escritor Antonio Muñoz Molina escribía, con su maestría habitual, en EL PAÍS del sábado 8 de junio de 2024 lo siguiente: “Si el autor de unos poemas o una novela es perseguido o incluso asesinado, y su obra destruida, quiere decir que la literatura puede ser más perturbadora y más valiosa de lo que creen quienes se dedican a veces desengañadamente a ella.”

 

Pues eso: perturbadora y valiosa. Así es la Literatura.

 

Juan FERRERA GIL

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