Alfombra, custodia y espiga, Corpus en Teror

Las Fiestas del Corpus tienen una presencia muy antigua y solemne en la Villa de Teror.

José Luis Yánez Rodríguez Domingo, 02 de Junio de 2024 Tiempo de lectura:
PROCESIÓN DEL CORPUS EN TERORPROCESIÓN DEL CORPUS EN TEROR

Ya en siglo XVII el obispo Cristóbal de la Cámara y Murga había señalado cuál debía ser el itinerario de su procesión “porque se hacía por muchos caminos con grande incomodidad, mandamos que de aquí adelante la dicha procesión se haga saliendo de la iglesia la plaza adelante... a entrar por la puerta principal y que estos días se tengan estos caminos por donde ha de pasar limpios y enramados”

 

Es por tanto costumbre antigua y muy respetada por el pueblo que a fines de la Guerra Civil la adornó con otro aditamento que vino a exaltarla aún más y la configuró tal y como la conocemos.

 

El 18 de junio de 1939, la fiesta del Corazón de Jesús -muy relevante en Teror y unida a la celebración del Corpus- se celebró con una gran exaltación social y devocional. Los niños hacían su primera comunión y era más brillante y se mostraba mayor entusiasmo que en la propia festividad del Corpus. No obstante llevarse celebrando desde hacía tiempo, aquel año se llegó a un grado máximo en estas fiestas pues Teror volcó en sus calles y plazas todo el fervor de sus corazones agradecidos por la terminación de la guerra civil.

 

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Aquel día salieron a sus calles tanto el Sagrado Corazón de Jesús como el Santísimo y la Villa hervía de entusiasmo y admiración. Todo el trayecto que había de recorrer la procesión era una bellísima alfombra que distribuida en partes no mostraba entre ellas solución de continuidad. En algún pueblo de Canarias se llamaba a la festividad del Corpus gráficamente la fiesta de las alfombras y el cronista de entonces afirmó que “a la del Sagrado Corazón de Jesús en Teror habrá que llamarla así en adelante, pues tal ha sido el éxito alcanzado que de seguro era la de este año la iniciación de una labor que se repetirá en lo sucesivo”

 

Distintas familias del municipio, el soldado Manolo Herrera, los integrantes de Acción Católica, así como los funcionarios del ayuntamiento realizaron las primeras alfombras que se hicieron para las procesiones del Corazón de Jesús y a partir de entonces también para el Corpus terorense.

 

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Distinta simbología exaltando el momento que se vivía cubrieron la plaza de Nuestra Señora del Pino, calles circundantes y Alameda, y fueron la primera muestra de esta mezcla de arte y artesanía que son las alfombras para las procesiones eucarísticas y se afianzaron de tal manera que ya en el Corpus del año siguiente; en el Convento de las Dominicas se realizaba la procesión por sus claustros, patios y jardines, con descansos en distintos altares montados para tal fin.

 

La solemnidad que las alfombras han añadido durante estas ocho décadas han sido la razón para que, pese a múltiples inconvenientes, se sigan realizando como una manifestación entrañable y a la vez solemne de la fiesta de la Eucaristía en la Villa de Teror.

 

[Img #18479]LA CUSTODIA DE DOÑA PURA

 

En 1943, Pura Bascarán, hija de José Bascarán y Federic, que había ocupado los cargos de subsecretario del Ministerio de la Guerra y la jefatura de la Casa Militar de Alfonso XIII, y de Adelaida de Reina y Visset-Fernández de Córdoba; y ya viuda del canario Sixto Fernando del Castillo y Manrique de Lara con quien había casado el 21 de junio de 1915 en la madrileña parroquia de la Concepción; regaló a la Basílica del Pino en Teror una de las mayores joyas en valor material de todas las iglesias de Canarias: una custodia de oro, platino y piedras preciosas realizada por la Casa Granda en Madrid y valorada en un millón de pesetas de entonces.

 

Pura de Bascarán tuvo desde su llegada a la isla una cercanía que se transformó en una fortísima devoción hacia Teror y la Virgen del Pino y las idas y venidas a la casa de su propiedad en la esquina entre la plaza y la calle de la Herrería se convirtieron en algo muy frecuente en los que doña Pura se vio como uno de tantos de los que gustaban acercarse a Teror a lo largo del año. Este fervor aumentó considerablemente a raíz del fallecimiento de su marido el 8 de agosto de 1941; momento en el que la vida de Pura Bascarán se acercó mucho más a la religión y a las obras de beneficencia. El matrimonio no tuvo hijos a los que legar; por lo que poco tiempo después de la muerte de su marido comenzó a reunir las joyas de su pertenencia para renunciar a ellas y hacer una valiosa ofrenda a lo que se llamaba “Tesoro de la Virgen”.

 

Y de esa manera surgió una fabulosa custodia de estilo renacentista fabricada en los talleres del sacerdote señor Granda en Madrid el año 1942. Los talleres Granda, dedicados a esta tarea desde 1891, realizaron el encargo de unir en esta única ofrenda todos los objetos valiosos que para ella significaban momentos relevantes en su vida y sobre todo en su relación matrimonial. En aquel extraordinario exvoto se unieron “la cruz de zafiros que él quiso para ella en las bodas de plata; los pendientes de brillantes; y el brillante que siempre fulgía en la corbata; también los brillantes de los gemelos; el topacio del anillo que hasta hace meses siempre llevó la esposa; el collar de perlas; un regalo de los Reyes en el día de bodas ;tres topacios que no pueden valorarse por su antigüedad y labrados; zafiros, innumerables brillantes arracimados alrededor del viril, temblorosos de luz; la maravilla cegadora de dos grandes brillantes solitarios, fúlgidos como soles; perlas, muchísimas perlas, todo el hilo que, años tras años, perló la garganta de la dulce compañera se desgrana para nutrir, por gracia y genio del arte, infinitos racimos de uvas perleras en la custodia. Esta es la historia tejida de sentimientos. Fino ha estado el orfebre, es verdad, pero más fino orfebre ha sido la donante que ha labrado, también, una custodia de recuerdos”

 

[Img #18483]Bajo la base, iba inscrita una leyenda: “Acuérdate, Señor, de tus siervos Sixto y Pura” Aunque la identidad no se hizo pública; dada la importancia de la obra era imposible no saberlo en la sociedad grancanaria de entonces.

 

La custodia fue entregada a la Virgen del Pino en el Día de las Marías de 1943 y se dieron datos equívocos sobre la fecha de su bendición para no dar a la misma, una brillantez no deseada por la donante.

 

El domingo, 19 de septiembre de 1943 una peregrinación de la juventud de Acción Católica, llegó a la Villa de Teror en una jornada dedicada a rogar por la paz en aquel mundo inmerso en la Segunda Guerra Mundial y a la Consagración de la parroquia de Nuestra Señora del Pino al Inmaculado Corazón de María, que se llevaría a cabo en la tarde de aquel día, con un sermón pronunciado por el magistral de Canarias Juan Alonso Vega y el acto de la propia consagración. Sin más honores ni reconocimientos. Tal como lo quería ella.

 

La custodia de doña Pura fue uno de los objetos más estimados, reconocidos, valorados y visitados del Camarín; y majestuoso centro de las celebraciones del Corpus en los años siguientes. Su historia terminó en la madrugada del 16 al 17 de enero de 1975 cuando los ladrones se la llevaron del Camarín de la Basílica donde había permanecido durante 32 años.

 

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LA FIESTA DE LAS ESPIGAS

 

[Img #18489]La Fiesta de las Espigas era una fiesta de adoración eucarística, instaurada a principios del siglo XX, que se celebraba alternativamente cada dos años en Los Arbejales y en El Palmar, efectuándose la vela nocturna respectivamente en cada barrio

 

Tras una noche de vela por parte de los miembros de la Adoración Nocturna el pueblo asistía a un recorrido de Jesús Sacramentado por los caminos de los campos terorenses en acción de bendición de los mismos y agradecimiento a Dios por las cosechas.

 

La participación de los vecinos era multitudinaria: se barrían los caminos, se adornaba el recorrido y se alzaban pequeños altares de descanso de la Eucaristía. Tenía además esta fiesta una esencia que la unía, la vinculaba con la tierra y sus productos con “todo lo que Natura cría”, en la evocación y celebración de lo que el campo producía gracias a la intervención divina en cada lugar.

 

La fiesta se convertía así en una oportunidad para cantar la agricultura y llamar al hombre a una dedicación cordial y laboriosa a los cultivos ya que a fin de cuentas venían de la misericordia de Dios y a Él volvían.

 

[Img #18488]El licenciado en Historia, Alberto Pérez Camarma en su trabajo “Un ejemplo de crítica ilustrada en el siglo XVIII: el lanzaroteño José Clavijo y Fajardo y los Autos Sacramentales” expone que “existe una disyuntiva basada en si la eucaristía se trató del tema central de los autos sacramentales. Mientras el hispanista escocés James Fitzmaurice-Kelly y el español Adolfo Bonilla y San Martín arguyen que estas piezas teatrales orientan su argumento hacia dicho motivo, otros, como José María Ricardo, afirman lo contrario, negando que este constituye el elemento central. En este sentido, existieron autos sacramentales cuyo argumento se basó en la mitología grecorromana, destacándose el titulado Psique y Cupido de José de Valdivielso. Otros desarrollaron el argumento amoroso o de infidelidad, como el titulado La Adultera Perdonada de Lope de Vega y, por último, se encuentran los de temática bíblica mencionándose los titulados La Cena del Rey Baltasar y Las Espigas de Ruth, de Calderón de la Barca. Por otra parte, Alexander Parker, ha afirmado que la relación entre el objeto de glorificación de la eucaristía y el argumento eucarístico no aparece en los autos sacramentales del siglo XVII, al menos, en los de Calderón…La eucaristía y la alegoría fueron los dos pilares básicos sobre los que giraron estas piezas teatrales a lo largo del Seiscientos”

 

Precisamente en la obra “Las espigas de Ruth” aparecen referencias a esta exaltación de la naturaleza como expresión de la obra de Dios y esas espigas eran a la vez promesa de futuro y alimento del cuerpo y del alma.

 

¡Ven, hermosa aurora, en quien

se alivian nuestras fatigas,

ven a dorar las espigas

de los campos de Belén!

¡Ven, hermosa aurora, ven!

 

Y la aurora, el inicio del día, el anuncio del sol sobre la tierra era asimismo un elemento presente en esta fiesta eucarística de Las Espigas que fue instaurada a raíz de la aparición en las islas del movimiento de la Adoración Nocturna.

 

[Img #18487]Conforme al artículo primero de sus estatutos tenían por fin esencial vivir la Eucaristía adorando y velando comunitariamente de noche ante Jesús Sacramentado.

 

Tal como describió en su estudio sobre esta congregación el arbejalense Eleuterio Jesús Santana Deniz; la misma apareció en “tiempos del Obispo Padre Cueto, con una primera vela en la Iglesia de Nuestra Señora de la Luz del Puerto en la noche del 24 al 25 de julio de 1906…y tuvo su fundación en Teror con la primera vela del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 1907”

 

Era una fiesta singular, fraternal, de unión con la naturaleza y con el campo, en la que la tierra era la gran protagonista.

 

Por eso se bendecía.

 

Francisco González Díaz la describe de esta manera en su libro “Teror” de 1918: “Los adoradores nocturnos han velado al Santísimo Sacramento; el día les sorprende sobre sus reclinatorios luchando con el sueño que les persigue é invade; la palidez del alba penetra por la lumbrera de la diminuta ermita del Palmar, donde se ha realizado el acto de la adoración…Los gritos misteriosos de la Noche, las alertas de los seres que no duermen ó que duermen poco y mal, acompañaban la vigilia litúrgica. Otros también velaban fuera, ocupados en adornar los caminos y altares para la mayor gloria de Dios que, sacramentado, en el esplendor supremo del Símbolo, será conducido procesionalmente y levantará su inmortalidad, sobre la vida, cuando luzca la primera sonrisa de la aurora. Todo el trayecto que ha de recorrer la procesión, está engalanado con ramajes, flores y palmas. Cada dos pasos hay un altar coronado de espigas, lleno de ofrendas de frutos…La Custodia brilla como un sol sobre los campos, antes que el Sol aparezca en los cielos”

 

El Corpus por las campesinas veredas de Teror.

 

José Luis Yánez Rodríguez

Cronista Oficial de Teror

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