Educación infantil

Mi hijo no quiere compartir

"...otro se monta en su bici y se la lleva (sin previo aviso claro), y otro le quita el juguete que mi hijo tiene en ese momento en las manos."

Haridian Suárez Vega Miércoles, 22 de Mayo de 2024 Tiempo de lectura:

Estamos en el parque (o playa, piscina…), nuestro hijo/a ha elegido cuidadosamente antes de salir de casa los juguetes que quería llevar. Saca sus juguetes, está contentísimo... y de repente… llegan 4 o 5 niños y se sientan a su alrededor. Uno de los niños coge su tractor y comienza a jugar, otro se monta en su bici y se la lleva (sin previo aviso claro), y otro le quita el juguete que mi hijo tiene en ese momento en las manos.

 

La cara de mi hijo no tiene precio. Puedo ver en su expresión lo que está pensando...¿pero qué hacen estos niños? ¿pretenden que les deje los juguetes que he traído para mí? ¿y ahora?

 

Así que se pueden dar dos escenarios.

 

1.- Mi hijo agarra con fuerza sus juguetes y tiene un pequeño forcejeo con los niños hasta que alguno (o ambos) terminan llorando.

 

2.- Se queda bloqueado sin saber qué hacer y con la sensación de que él no pinta nada. Le han quitado sus juguetes y parece que eso está bien.

 

En cualquiera de los dos escenarios los padres suelen intervenir.

 

Ante la primera escena, le quitas nuevamente el juguete a tu hijo, se lo devuelves al niño que se la quitó y lo acompañas con frases como… “hijo, hay que compartir”, “se lo prestas un ratito ¿verdad?” “tu eres un niño bueno y sabes que hay que compartir”

 

Tu hijo no da crédito, ¿qué ha pasado?

 

¿Cómo queremos que así aprendan a compartir? Lo que acaba de pasar no es una enseñanza sobre la importancia de compartir, más bien le estás enseñando a tu hijo a ceder ante la voluntad ajena (aunque sea un desconocido)

 

Compartir se elije, no se impone.

 

En la segunda escena, tu hijo se queda con cara de “qué ha pasado aquí”, sin saber reaccionar, y nosotros lo dejamos ahí, con su conflicto emocional, ayudándole a creer que a mamá o a papá les preocupa más los otros niños que él mismo; que se van a poner del lado de los otros (¿y por qué, si yo había elegido los juguetes que quería llevar al parque?)

 

Cuando le vemos la cara de póker a nuestro hijos, optamos por darle un premio de consolación “veeeenga, déjale tu tractor y él te deja su pelota un ratito, y después te lo devuelve”. Y el niño piensa….a ver, que yo he bajado el tractor porque quiero jugar con el tractor, si quisiera una pelota la habría traído.

 

Y es que la intervención de los padres no siempre (o casi nunca) es necesaria, es más, es contraproducente.

 

Dejar que los niños resuelvan sus conflictos suele ser mucho más efectivo. Si el otro niño se queda llorando cuando mi hijo le quita lo que le pertenece...¿Cuál es el problema? Estaremos enseñando a nuestro hijo a respetar sus propios límites, al otro niño a pedir las cosas sin quitarlas y a los dos a resolver sus conflictos.

 

Pero la realidad es que muchas veces se trata de cumplir normas sociales para evitar que te miren mal los demás padres del parque, o que piensen que tu hijo es un maleducado o un malcriado.

 

Si quieres o sientes que debes intervenir quizás podrías abordarlo de la siguiente manera:

 

  • Puedes preguntarle a tu hijo si quiere compartir el juguete con el otro niño. Si la respuesta es negativa, no insistas. Respeta su decisión.

  • Puedes explicarle al otro niño que tu hijo ahora mismo no quiere compartirlo, quizás pueda preguntarle más tarde.

  • Puedes preguntar a tu hijo si le quiere dejar otro juguete con el que no esté jugando. Aunque si su respuesta es no, tampoco insistimos.

  • Puedes preguntar si les apetece jugar a algo en lo que puedan participar los dos (pilla pilla, escondite, etc.)

  • Y ya, no hay nada más que puedas (o debas) hacer.

 

¿Y si la escena es al revés?

 

Tu hijo va directo a quitarle el juguete a otro niño, y los padres de éste le obligan a compartirlo.

 

Pues más o menos lo mismo; podemos preguntarle al otro niño si le apetece compartir el juguete, si es no, pues no.

 

Si los padres del otro niño lo obligan a compartirlo podemos agradecer el ofrecimiento pero le explicamos a nuestro hijo que ahora no puede ser, el juguete es del otro niño y ahora no quiere compartirlo. Debemos aprender a respetar las decisiones ajenas.

 

Y claro, tendremos seguramente que contener a nuestro hijo con su desborde emocional, fruto de su frustración de no conseguir lo que quiere. Pero es un aprendizaje más dentro de su crecimiento socioemocional. No siempre va a poder tener lo que quiera en el momento que quiera. Así es la vida. Y no podemos evitarle esas experiencias a nuestros hijos, sino todo lo contrario, enseñarle a enfrentarlas con resiliencia y empatía.
 

Seguramente, te vas a encontrar con muchos detractores si no obligas a tu hijo a compartir. No es culpa de ellos, es culpa de las creencias tan arraigadas e interiorizadas de la educación tradicional.

 

Haz oídos sordos y sigue haciendo lo que consideras correcto.

 

Obligar a compartir no es lo mismo que enseñar a compartir.

 

Harídian Suárez

Trabajadora social y Educadora

de Disciplina Positiva para las familias

(@criarconemocion)

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