Alentadora noticia, la continuidad de Sánchez
Ya me costaba a mí creer que Pedro Sánchez, dimitiera, aunque comprendo y comparto sus sentimientos, porque, si no se había rendido hasta aquí, ni por la caída que tuvo en su partido, ni por la pandemia, ni por la crisis económica, la inflación y la guerra de Ucrania; como lo iba a hacer ahora, por la falta de nobleza y moralmente despreciable forma de hacer política de la derecha y la ultraderecha, lanzando bulos sobre su familia.
Ni que decir tiene, que todo lo que el presidente ha tenido que soportar estos años, sospecho, que ha sido muy duro, con una derecha, cada día actuando más de ultraderecha, sin ni tan siquiera, con una pizca de moderación, ni de sentido común, ni de preocupación por ninguna otra cosa, que no fuera obtener el poder a cualquier precio.
Lo de la continuidad del presidente es sin duda alguna, una alentadora noticia para muchos de los ciudadanos y ciudadanas que creen, en la democracia; porque, al fin y al cabo, los que han ganado han sido el respeto y la honestidad. Fueron cinco los días, a mi modo de ver, que han puesto a Pedro, y, ¿por qué no?, también a nosotros, a reflexionar, sobre si merecía la pena continuar luchando por la ilusión, la pluralidad y la esperanza de nuestra tierra, a pesar de este tipo de política enfangada, que promueve la derecha y la ultraderecha; han sido unos días, que espero y deseo, sirvan para abrir paso a la regeneración y al juego limpio.
Me hace pensar, que en su decisión de continuar ha influido mucho, su esposa, pero también creo, que no lo fuera menos, las muestras de apoyo, que le brindaron amplios sectores de la ciudadanía española y también de la militancia socialista, muy preocupados todos ellos, porque la ilusión, la pluralidad y la esperanza antes citada, que vive nuestro país, se convirtiese en un retorno al pasado; o sea, a la época menos añorada, por muchos españoles, de nuestra historia. Creo, que Pedro, con su decisión, se ha convertido en símbolo de la convivencia y de la supervivencia, tras plantarse ante la difamación, el acoso y la desinformación y dejando a la derecha y a la ultraderecha, compuesta y sin novio.
¿Y qué es lo que ha hecho, a renglón seguido el líder de la derecha? Pues lejos de pisar el freno, ha apretado, aún más si cabe, el acelerador, con la idea, de también continuar forzando, como no podía ser de otra manera, la salida del presidente del Poder Ejecutivo. Ya se apreciaba gran satisfacción, por la más que probable posibilidad de obtener, lo que no había obtenido en las urnas; se captaba gran satisfacción, ante el posible hecho, de que por fin el Gobierno de España pasaría a sus manos. Pero se ha vuelto a equivocar, porque Sánchez, decidió seguir, y más convencido, aún si cabe, que nunca; en tanto que, ha comprobado que merece la pena seguir, a favor de la regeneración democrática y el avance en derechos y libertades, que es lo que mejora la vida de la ciudadanía española.
¿Pero, cómo iban a ganar esta contienda, los que degradan y ensucian la política? De ninguna de las maneras; y esa es una de las razones por las que el presidente, se ha comprometido a trabajar aún con más firmeza y serenidad por la regeneración de nuestra democracia; dejando muy claro que hay que poner fin a este fango, en tanto que, la mentira, no puede triunfar sobre la verdad, ni el insulto, contra el argumento; y, ni el odio de algunos discursos sobre la convivencia; por eso, quien ha ganado con la decisión de Sánchez, ha sido la inmensa mayoría demócrata. Hay que abrir paso a la limpieza, a la regeneración y al juego limpio. Llevamos demasiado tiempo permitiendo que el fango invada la vida pública.
No me cabe la menor duda, por decirlo de alguna manera, que la derecha y la ultraderecha han confundido libertad de expresión con libertad de difamación. ¡No todo vale! La política tiene que servir, porque está, para buscar soluciones a los problemas de la gente. No en vano, todo es política; y por ello, es imposible permanecer ajeno a ella; ya que, todo lo que nos afecta en nuestro día a día, es resultado, ni más ni menos, que, de decisiones políticas.
Concluyendo, en mi opinión, ni la derecha política, ni la económica, ni la mediática, ni las mentiras, han podido, como no podía ser de otra manera, con las ilusiones y los deseos de una mayoría de españoles que han elegido vivir dignamente en la única finca que poseen, que no es otra, que España.
Juan Reyes González































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