Labrantes. Juan FERRERA GIL
Los Labrantes de Arucas gozan de un nuevo enclave, a la vista de todos, desde las últimas Navidades: en el Parque de La Paz, a la misma entrada de la ciudad, muy cerca de donde tuvieron su chamizo, o cuartel general, al ladito mismo de la iglesia donde modelaban las piedras y les daban extraordinaria forma, como si una figurita de papel fuera.
Y, efectivamente, este mural en piedra es un agradable reconocimiento a una labor que en la ciudad norteña tiene muchísimo arraigo. Y lo que está bien, está bien. Y ha venido para quedarse. Este didáctico mural es una muestra real y fehaciente de que las cosas bien hechas siempre son importantes. E imprescindibles.































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