
"Esto se ha hecho toda la vida y no hemos salido tan mal"
“Pues a mí mi padre me pegaba y gracias a eso, hoy soy un hombre de bien”.
“Mi madre me daba con la zapatilla y no tengo ningún trauma”.
“Pues a nosotros nos castigaban cuando nos portábamos mal y tan mal no hemos salido”.
¿Seguro? ¿No hemos salido tan mal?
En el artículo anterior indagábamos sobre el estilo de crianza autoritario del que venimos, y hablábamos de sus consecuencias en la edad adulta.
Ésta es otra de las consecuencias.
Ese estado de obediencia y sumisión tan propio de la época, nos impide, incluso hoy, cuestionar lo que vivimos.
Nos impide reflexionar y revisar nuestras propias vivencias (porque es un ejercicio muy doloroso) y cuestionar el trato que recibimos por parte de quienes nos cuidaban.
Es más, nos lleva incluso a asignar los logros conseguidos en la edad adulta, a esa forma de educar. Si has conseguido lo que has conseguido, es gracias a que tus padres tuvieron mano dura contigo, y no te permitieron salirte de lo establecido.
¿Seguro? ¿es gracias a eso? ¿o a pesar de eso?
Vamos a echar un vistazo al tipo de sociedad que hemos generado para ver qué tal nos ha ido:
Durante el año 2021, según el portal estadístico de criminalidad del Ministerio del Interior, los datos en España son los siguientes:
122.497 casos de violencia familiar, 98.230 de violencia de género, 290 asesinatos consumados, 2.143 agresiones sexuales… y ya si nos vamos a delitos menores de hurtos, robos con violencia, etc...las cifras son difíciles de asumir.
Numerosos estudios establecen una relación directa entre la criminalidad y el tipo de educación recibida. Pero no hace falta estudiar los índices de criminalidad para tomar conciencia de que somos una sociedad que sufre las consecuencias del modelo educativo convencional.
Así que no, no hemos salido tan bien.
Por otro lado, la venta de fármacos con receta han ido creciendo sin parar en los últimos ocho años. 2021 ha marcado un nuevo récord con 1.033 millones de cajas de medicamentos vendidas con cargo al Sistema Nacional de Salud.
Los más vendidos bajo prescripción son los analgésicos, cuyo consumo ha crecido más de un 50% en una década. Muy al alza están también los antidepresivos, con un 45% más de envases comprados respecto a 2010.
Estamos medicándonos para sobrellevar la vida, y eso no es buen síntoma.
Así que no, no hemos salido tan bien.
Si preguntáramos en cualquier gabinete de psicología o psiquiatría sobre el trasfondo y el origen de todas sus consultas (trastornos de alimentación, adicciones, inseguridades, obsesiones…) veríamos que gran parte de las terapias se centran en ahondar en las heridas de la infancia, en descifrar el impacto directo del trato recibido en esa etapa, con la calidad de vida que tenemos ahora.
Así que no, no hemos salido tan bien.
Llama la atención que no asociemos todas estas dificultades con el trato que recibimos en la infancia, con el poco desarrollo de competencias emocionales y la falta de gestión emocional.
Es cierto que resulta doloroso admitir que no nos hemos convertido en una sociedad emocionalmente sana y que nos cuesta afrontar nuestra vida con los escasos recursos y estrategias que tenemos.
Y claro que hay buena gente: hay mucha buena gente.
Pero no gracias a los malos tratos, los gritos, los castigos o las zapatillas voladoras, sino a pesar de eso.
Ya que el mundo está como está, al menos podemos responsabilizarnos, tomar acción y a través de la crianza y la educación, dejar en él a mejores personas.
La inercia nos lleva, como sociedad, a perpetuar patrones; de ahí, que los cambios sociales sean tan lentos.
Pero es nuestra responsabilidad y nuestra oportunidad, para no seguir perpetuando este tipo de sociedad. Debemos actuar para criar y educar una infancia que tenga como resultado adultos funcionales, sanos, emocionales, conscientes, empáticos…
Porque la crianza y la educación es la forma de cambiar el mundo.
No sólo somos padres/madres, somos entrenadores de vida, y en nuestras manos está cambiar el rumbo y crear por fin, un nuevo camino.
Haridian Suárez
Trabajadora social y Educadora de disciplina positiva (@criarconemocion)
































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