Leer para conocer la historia

Josefa Molina

[Img #10531]Conocer la historia para no volver a repetirla. Esta frase que puede parecer de lo más manida resulta ser de una realidad y de una contundencia tal, que asusta.

 

El pasado mes de febrero tuve la oportunidad de visitar la casa- hoy convertida en museo- de la joven judía Anna Frank y su familia. La historia de Anna Frank y sus últimos dos años de vida fueron dados a conocer después de que su padre Otto Frank publicara sus diarios bajo el título de ‘La Casa de Atrás’, porque eso era exactamente: la casa angosta y húmeda que dos familias judías compartieron en los últimos momentos de sus vidas, los Frank, compuesta por Otto y su mujer Edith y sus dos hijas Margot y Anna Frank, y los van Pels, que llegaron una semana después, a los que se sumó cuatro meses después, un octavo escondido, Fritz Pfeffer, amigo de los Frank.

 

Todos convivieron asustados detrás de una puerta giratoria tras la que se escondía el refugio de las familias, hasta que un día de agosto de 1944, los soldados de las SS nazis llegaron a la casa, los detuvieron y los metieron en un tren con destino la muerte.

 

Anna comenzó su diario, que fue escribiendo en diferentes libretas y hojas sueltas, con 14 años y no pudo llevarlo más allá de los 16 cuando murió enferma de tifus en el campo de concentración de Bergen-Belsen, en la Baja Sajonia, en Alemania.

 

Durante los veinticuatro meses que duró el encierro, en los que los miembros de ambas familias no podían hacer ningún tipo de ruido ni mucho menos salir a la calle ni tan siquiera mirar a través de las ventanas por miedo a ser descubiertos, la adolescente Anna calmaba su ansia de libertad a través de la lectura de libros y la escritura de un diario donde no sólo contaba su día a día sino donde también dejaba constancia de su creatividad literaria o daba alas a sus sueños de ser periodista o una gran escritora. 

 

Y en cierto modo lo consiguió dado que sus diarios han pasado a la historia de la humanidad como uno de los más fieles testimonios literarios del genocidio nazi y de la barbarie provocada por el nazismo y, por ende, por las dictaduras.

 

Hoy en día la visita a la Casa-Museo nos recuerda, a través del  recorrido por las habitaciones de la casa de atrás, que la maldad humana no tiene límites y que en nombre de un supuesto ideario político se puede organizar, planificar y ejecutar el asesinato de millones de personas, arrastrando a la humanidad hacia la locura en uno de sus más desalmados capítulos dentro de su historia.

 

El recorrido termina con el visionado de un vídeo que reitera al público la importancia de no dejarse llevar con ideologías fascistas que atentan directamente contra los principios de la convivencia y el sistema democrático. 

 

Conocer la historia para no volver a repetirla… Me pregunto si conocemos la historia. Me pregunto si la ciudadanía de Israel que apoya el genocidio del pueblo palestino conoce la historia que durante el siglo pasado azotó a su pueblo y si es así, si la conocen, por qué siguen apoyando a Netanyahu y a sus secuaces.

 

Por qué apoyan a un país que perpetra sobre la población civil, niñas y niños, mujeres y hombres y personas mayores, el horror que antes sufrieron ellos. Por qué no salen a la calle a exigir el fin de este nuevo genocidio de un pueblo sobre otro pueblo.

 

Estamos obligados a leer más. A conocer más, a profundizar, a documentarnos. A razonar nuestros pensamientos y a valorar los derechos humanos como el bien superior que es. Los derechos de todas y todos. Y por encima de todos ellos, el derecho a la vida y a vivir en paz. 

 

Quizás debería la ciudadanía que apoya al actual gobierno de Israel, leer los diarios de Anna Frank o visitar su casa museo. O leer alguno de los tantos libros que nos han dejado testimonios directos de la barbarie nazi como el del escritor italiano de origen judío Primo Levi, Si esto es un hombre, o el libro Trilogía de la noche del escritor rumano Elie Wiesel, superviviente de los campos de concentración nazis, quien dedicó toda su vida a narrar el terror que generó el nazismo y los campos de exterminio.

 

Pero no sólo la población israelita sino también la población española. Me pregunto si las personas que votan a Vox, un partido marcadamente fascista y de ideología de extrema derecha que se ha introducido en nuestra democracia para bombardearla desde dentro tal y como lo hizo el nacional socialismo de Adolph Hitler, han leído los diarios de Anna Frank. ¿Conocen lo que hizo el nazismo a la humanidad? ¿Saben de su peligro? ¿Tienen idea del infierno que originó?

 

Leer para conocer la historia y no repetir cuánto mal nos hemos hecho en nombre de la ideología, de la religión, de la raza o del dinero. ¡Cuanta infamia absurda nos hemos hecho unos a otros!...

 

Porque nos debemos empatía, nos debemos respeto y tolerancia, pero sobre todo, nos debemos el derecho a una vida en paz.

 

¿Cuándo seremos capaces de darnos cuenta de algo tan sencillo?

 

Josefa Molina

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