Educación infantil

Desvelando los secretos del cerebro infantil

Detrás de cada comportamiento, emoción y aprendizaje de nuestros hijos, se encuentra la intrincada red neuronal en desarrollo.

Haridian Suárez Vega Miércoles, 03 de Abril de 2024 Tiempo de lectura:

 

En el fascinante viaje de la crianza, uno de los aspectos más cruciales es entender el complejo universo del cerebro infantil.

 

Detrás de cada comportamiento, emoción y aprendizaje de nuestros hijos, se encuentra la intrincada red neuronal en desarrollo.

 

En este artículo, exploraremos las teorías del cerebro infantil, desde los "tres cerebros" hasta el concepto del "cerebro en la palma de la mano", y desentrañaremos por qué es esencial comprenderlo para una crianza efectiva y amorosa.

 

Los "Tres Cerebros" y su impacto en la crianza

 

El concepto de los "tres cerebros" refiere a la teoría desarrollada por el neurocientífico Paul D. MacLean, quien propuso que el cerebro humano está compuesto por tres capas evolutivas: el cerebro reptiliano, el cerebro límbico y el neocórtex. Cada una de estas capas despliega funciones específicas que influyen en el comportamiento y las respuestas emocionales.

 

  1. Cerebro Reptiliano: Esta parte del cerebro, la más primitiva, se encarga de funciones básicas como la respiración, el ritmo cardíaco y la supervivencia. También está asociada con respuestas instintivas de lucha o huida ante el peligro.

  2. Cerebro Límbico: El siguiente nivel evolutivo, el cerebro límbico, es responsable de las emociones, la memoria y la formación de vínculos afectivos. Aquí se gestan los sentimientos de amor, miedo y placer, y se establecen las bases para las relaciones sociales.

  3. Neocórtex: La capa más reciente en la evolución humana, el neocórtex, es el centro del razonamiento, la toma de decisiones y la cognición. Controla las funciones ejecutivas y nos permite planificar, resolver problemas y ejercer autocontrol.

 

El "Cerebro en la Palma de la Mano": importancia de la regulación emocional

 

El término "cerebro en la palma de la mano" es una metáfora para visualizar mejor las capas evolutivas del cerebro infantil y entender qué pasa cuando nos vemos desbordados por las emociones.

 

En esta visualización tenemos que imaginar que nuestra mano representa al cerebro.

 

Si mantenemos la palma abierta, la muñeca representa tu tronco cerebral (regula el sueño, la vigilia y las respuestas de supervivencia).

 

Si doblas tus dedos sobre el pulgar (para que tu mano quede en forma de puño), el puño representaría la corteza prefrontal (encargada de la toma de decisiones, planificación, regulación emocional…)

 

En la primera infancia, el cerebro se encuentra principalmente “con la palma abierta”, es decir, en modo supervivencia y sin capacidad de regulación emocional. Según vamos creciendo, se va cerrando nuestra palma y somos capaces de razonar, regular emociones, tomar decisiones y planificar. Pero, hay ocasiones, en que nos desbordamos emocionalmente y la corteza prefrontal deja de funcionar (dejando al descubierto nuestra palma de la mano y volviendo al cerebro en modo supervivencia).

 

Esta visualización pretende mostrarnos, que desde el cerebro más primitivo, es muy difícil gestionar una situación de desborde emocional , y a veces será necesario dar un tiempo, para que nuestro cerebro vuelva a conectarse y abordar la situación desde el razonamiento y la calma.

 

La importancia de conocer el cerebro infantil en la crianza respetuosa

 

Entender las complejidades del cerebro infantil es fundamental para una crianza respetuosa y positiva por varias razones:

 

  1. Empatía y Conexión: Al comprender cómo funciona el cerebro de nuestros hijos, podemos desarrollar una mayor empatía hacia sus experiencias y necesidades. Esto fortalece el vínculo emocional y promueve una relación basada en la confianza y el respeto mutuo.

  2. Gestión del Comportamiento: Conocer las diferentes áreas del cerebro nos permite abordar el comportamiento de manera más efectiva. En lugar de simplemente reaccionar ante las conductas desafiantes, podemos identificar las necesidades subyacentes y ofrecer apoyo adecuado para ayudar a nuestros hijos a regular sus emociones y comportamientos.

  3. Promoción del Desarrollo Óptimo: Al proporcionar un entorno seguro y estimulante que favorezca el desarrollo cerebral saludable, podemos maximizar el potencial de nuestros hijos. Esto implica brindar experiencias enriquecedoras, nutrir relaciones afectivas y fomentar la exploración y el aprendizaje activo.

 

El conocimiento del cerebro infantil es una herramienta poderosa para los padres y cuidadores comprometidos con una crianza respetuosa y positiva. Al comprender cómo se forma y se moldea el cerebro de nuestros hijos, podemos cultivar un ambiente que promueva su bienestar emocional, su desarrollo cognitivo y su capacidad para relacionarse de manera saludable con el mundo que los rodea.

 

Harídian Suárez

Trabajadora social y Educadora de Disciplina Positiva para las familias

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