Saramago y Galdós
José Saramago está más vivo que nunca.
“Ensayo sobre la ceguera”, acaso una de sus mejores novelas, mantiene el espíritu original de cuando fue concebida: la metáfora literaria es la misma de siempre: cuando hay necesidades vitales de la población (covid, mascarillas, emigración desorbitada, drogas…) que son urgentes, surgen mafias y organizaciones criminales dispuestas a pescar en ríos revueltos: las ganancias, si no se descubren, y las comisiones, enormes, vuelan muy alto. Por eso digo que el Nobel portugués sigue presente en nuestras vidas.
Es tanta la mediocridad política que nos invade que ya no hay tiempo para recuperar el dinero perdido y/o robado: los dineros públicos son más de unos que de otros, donde a la mayoría silenciosa, a la que pertenecemos, solo le queda saborear el desprestigio de los caraduras en el papel impreso, en los noticiarios televisivos y en las emisoras de radio. Luego, con el paso de los días y acompañado de un lenguaje incomprensible, administrativo y retórico, todo se diluirá: nada es lo que parece: la corrupción empieza con detenciones sonadas y comparecencias sobrevenidas para, al final, desvanecerse al doblar la esquina; ya saben: donde el Callejón del Gato, junto al Esperpento.
Y, mientras tanto, el Congreso de los Diputados convertido en un auténtico “patio de vecindad malcriado, vulgar y mal avenido”: ya lo escribió Galdós al retratar las “corralas madrileñas”. Así que Saramago y Galdós, y tantos otros, nos han dejado un panorama literario que no solo supera el transcurrir del tiempo, sino que, desgraciadamente, forma parte de la actualidad.
“Y tú más” será la próxima canción del verano y la podrás escuchar en “Para vosotros, jóvenes”.
No sé si me explico.
Juan FERRERA GIL

































Marcelo Peña | Jueves, 28 de Marzo de 2024 a las 14:38:58 horas
Escribió don Benito Pérez Galdós en el último capítulo de su Episodio Nacional "Cánovas" (por cierto, la última de la 5.ª y —valga la repetición— última serie en que agrupó sus 50 Episodios Nacionales): “ Los políticos se constituirán en casta, dividiéndose, hipócritas, en dos bandos igualmente dinásticos e igualmente estériles, sin otro móvil que tejer y destejer la jerga de sus provechos particulares en el telar burocrático. No harán nada fecundo; no crearán una Nación; no remediarán la esterilidad de las estepas castellanas y extremeñas; no suavizarán el malestar de las clases proletarias. Fomentarán la artillería antes que las escuelas, las pompas regias antes que las vías comerciales y los menesteres de la grande y pequeña industria". Esta reflexión de Galdós, escrita a la hora de enjuiciar la España de la Restauración Borbónica, en manos del caciquismo tradicional asentado en el siglo XIX, puede referirse , aunque con pequeños matices de actualización y contextualización, a esa visión, aparentemente profética, pero añeja, de la situación política presente de España.
Me pregunto cuál es “la gran novela española sobre la actividad política”. En un libro del año 2017 titulado "La crisis que cambió España", David Jiménez Torres, doctor en Estudios Hispánicos por la Universidad de Cambridge y profesor en el Departamento de Historia, Teorías y Geografía Políticas de la Universidad Complutense, apostaba por "El disputado voto del señor Cayo", de Miguel Delibes. Yo suscribo la misma opinión. Lo hago en parte por un criterio de calidad: es una novela especialmente bien planteada de uno de los mejores autores españoles del siglo XX, pero también es muy ilustrativa de varias cuestiones a las que seguimos dando vueltas, como el tránsito que se hizo de un sistema dictatorial a un sistema democrático y el vínculo que se estableció entre gobernantes y gobernados, que también es entre representantes y representados. A pesar del tiempo transcurrido desde su publicación (1978, año de la Constitución), sigue siendo una novela muy relevante para los debates actuales sobre la posición de la España rural y cómo se han representado (o no) sus intereses durante la etapa democrática. Además, es una novela que aborda de manera muy eficaz la diferencia entre el lenguaje político y el habla cotidiana, y cómo afecta esto a la propia relación entre los votantes y aquellos a quienes eligen para gobernar.
Por consiguiente, los entresijos de la Historia ( y de la intrahistoria) de España circulan entre las páginas de grandes novelas escritas por nuestros grandes clásicos.
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