
Hoy he leído un comentario en Facebook que ha hecho que me hierva la sangre en las venas. Quiero pensar, llamadme ingenua, que la señora no lo hizo con mala intención, que solo fue una forma de expresarse errónea, pero, aun así, me he cabreado.
Una mujer comentaba enfurecida como las jóvenes aprovechaban los carnavales para salir a la calle prácticamente desnudas, que a lo mejor era un poco retro, pero le parecía fatal. Hasta ahí bien, comparto su opinión. Pero dijo una frase que hizo que mis neuronas colapsaran: “luego se queja de que violen a sus hijas” Perdona, pero ¿qué? Nada justifica una violación.
Cuando se produce una violación el culpable siempre es el violador. Da igual que la chica vaya por la calle en tanga, en bikini, con burka o completamente en pelotas, ¡¡nadie tiene derecho a abusar de su cuerpo, aunque lo muestre!!
Parece que no hayamos avanzando nada. Hace pocos días todo eran lazos violetas, mujeres presumiendo de feministas, de empoderadas, de mil cosas, ¿y luego son las primeras que piensan que si te violan por qué vas medio desnuda es culpa tuya por ir provocando? ¡¡Venga, ya!!
No es no. Y si primero te digo que sí, nos calentamos y luego digo que no, también es que no. Si voy tapada o enseñando el alma es asunto mío, no una invitación a que me violen. ¿Qué será lo siguiente? ¿Si llevo vaqueros y me violan es culpa mía porque me los quité?
No señoras, la cosa no es así. Victima siempre es víctima nunca culpable. Nunca jamás.
Es cierto que la gente, joven o no tan joven, que tampoco hay que generalizar, aprovecha el carnaval para salir a la calle casi como sus madres le trajeron al mundo. Es verdad, también, que son unas fiestas que dan pie a libertinaje y muchas locuras, el ambiente, el alcohol todo eso favorece que las personas se desinhiban y hagan cosas que igual, en otras situaciones, no harían, pero nada de eso, absolutamente nada de nada, justifica una violación.
Demos una pensada a lo que vamos a decir, a lo que vamos a escribir en redes sociales, que nunca sabemos quien va a leer esos comentarios, como pueden interpretarlo o porque situación están pasando. Imagina por un momento que el comentario que tanto me enfadó a mí lo lee una víctima de violación o su familia…¡que duro! A veces la libertad de expresión debe mantenerse un poco a raya.





























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