Barcas alineadas. Juan FERRERA GILLas barcas alineadas, y en posición de descanso, se han convertido, en esta esquina de la playa, en una atracción turística que habla de un tiempo que se ha ido por el desagüe del mar, más allá de la barra.
Estas pequeñas embarcaciones, tan débiles en apariencia, se transforman en auténticas salvavidas donde parecen crecer en la inmensidad del mar cercano que, alrededor de la isla, forma parte de ella. Son las barcas solitarias refugios anunciados de una crónica que hace mucho tiempo tuvo su principio y que, a la vez, se las ha llevado por delante para convertirlas casi en objetos de decoración.
Pasan la mayor parte de su obligatorio descanso en esa esquina de Las Canteras, donde los recurrentes turistas, desde las terrazas cercanas y desde sus cervezas bien frías y brillantes, las miran, las admiran y se las llevan de recuerdo en sus móviles. Para siempre.
Juan FERRERA GIL






























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