LA BRISA DE LA BAHÍA (164). La luz, siempre

Estamos convencidos de que el próximo mes, todo será distinto: el mismo paisaje lucirá diferente, como acabado de nacer.

Juan Ferrera Gil Lunes, 05 de Febrero de 2024 Tiempo de lectura:

Desde que la calle ha sido peatonalizada, el punto de vista ha cambiado: ha surgido un nuevo mirador que proyecta una ciudad lateral, sin iglesia que domine el entorno, distinta, donde dos ríos que proyectan las casas parecen alejarse en busca del mar y la cumbre: por un lado, la Acequia Alta, que se estira hasta desaparecer en la distancia, y, por otro, a nuestras espaldas, La Goleta, que sigue su camino hasta tocar la raya con el municipio firguense.

 

Esta nueva visión de Arucas, delimitada por dos extremos, uno y el contrario, posee una luz especial que, difuminada y tamizada por una incipiente calima, cada mañana se muestra renovada; el pintor, por ejemplo, tendría enormes dificultades no solo para encontrar el encuadre perfecto, que también, sino para atrapar una luz tempranera que se asoma en un veranillo en pleno mes de noviembre; veranillo que ha venido a trastocar casi todo: las emociones y los sentimientos.

 

[Img #14791]

 

Tengo, por tanto, para mí que este nuevo mirador ha venido para ofrecer una nueva perspectiva. Y deberíamos contemplar con detenimiento que la ciudad presenta diversas y variadas visiones. Si miran las imágenes con atención tranquila de pachorra isleña, podrán comprobar, tal vez, el nacimiento de otra ciudad que, por mucho que la conozcamos y sepamos de sus aciertos y errores, con su imperceptible y continua transformación, siempre deja su impronta en nuestra imaginación.

 

[Img #14792]

 

Aunque aquí hablamos de realidades ciertas y verdaderas, en el fondo hay un halo de irrealidad que dulcifica la existencia urbana y protege, al mismo tiempo, una manera de enfrentarse a la evidencia más cercana, que, por cotidiana, ni siquiera llegamos a apreciar. Solo sabemos que la ciudad en la que vivimos es tan única y variada que, por esa misma razón, surge ante nosotros renovada, a pesar de sus imperfecciones.

 

Acaso sea así la perfección.

 

Queremos creer que la vida continúa cuando la soledad callejera reina en la ciudad; sin embargo, la realidad que vemos y apreciamos es un viaje fascinante que nos levanta el ánimo cuando intentamos encontrar las palabras adecuadas referidas a la luz del día. Desconocemos si tropezamos con la soledad y la tristeza en silencios sobrevenidos, pero sí podemos afirmar que la luz y su sombra proyectan destellos de vida plena.

 

[Img #14793]

 

La luz, siempre la luz.

 

Estamos convencidos de que el próximo mes, todo será distinto: el mismo paisaje lucirá diferente, como acabado de nacer. Tal vez el nacimiento de los paisajes represente una aventura cotidiana que ni llegamos a apreciar del todo.

 

Juan FERRERA GIL

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