
El pintor Paco Morales no solo es capaz de captar la realidad de una manera muy personal, sino que, también, se muestra dispuesto a recrear aquellas visiones majoreras que se alongan, y aún permanecen, en la realidad isleña.
El molino majorero de la imagen habla de un tiempo que ha ido diluyéndose en una realidad distinta, tal vez, distante, pero que en su pachorra isleña aún tiene vida. Quizás por eso lo ha inmortalizado.
Bienvenida sea la mirada renovada de Paco Morales porque es tan peculiar y única que cualquier cosa nos asombra: es como si el pintor viera, y sintiera, más allá de lo que ofrece. Y ofrece mucho.
Juan FERRERA GIL
































Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.3